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Conmemora IMSS el día mundial de la epilepsia.
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A+ A- De la redacción.
En el marco del Día Mundial de la Epilepsia que se conmemora este 24 de mayo, el neurocirujano del
Hospital General Regional de Orizaba (HGRO) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) doctor
Hidromiro Huerta Mendoza hixo un llamado a tender alrededor del enfermo epiléptico una red de apoyo médico, familiar y social, pues generalmente el enfermo se siente rechazado, desplazado, diferente y angustiado.
La epilepsia es un trastorno de la actividad eléctrica cerebral, en la que de pronto el afectado cae al suelo con movimientos tónicos, se contraen bruscamente y pueden llegar a perder el control de esfínteres. Existen 40 tipos y un gran número de subtipos de este padecimiento.
Durante una crisis convulsiva a causa de la epilepsia, la fuerza de presión de los dientes es de 70 kilogramos por centímetro cuadro, es decir la fuerza suficiente para cercenarse la lengua o los dedos de quien busca protegerlo e intenta colocarle algún objeto para evitar se autolesione, ante ello se debe actuar con prudencia y precaución.
Aclaró que hay otras variedades de crisis epilépticas: de llanto, risa, neurovegetativas, cuando el enfermo ‘se desconecta’ momentáneamente de la actividad que realiza y en cuestión de segundos o minutos, continúa con su labor como si nada hubiera ocurrido, en otros casos sólo se desploma sin convulsionarse y al volver en sí, presente un fuerte dolor de cabeza.
Recomienda el especialista del IMSS a quien presencie un ataque epiléptico convulsivo, ubicar al enfermo en un área lisa libre de asperezas, para evitar que se cause daño, colocarle una almohada o alguna prenda de vestir ‘echa bola’ debajo de la cabeza, ponerlo de lado para que no bronco aspire en caso de vomitar, aflojarle la ropa o el calzado y llamar a los servicios de emergencia.
De ser posible colocarle con toda precaución (ante el riesgo de que lo aprisione con la fuerza de mandíbula y dientes) algún elemento plástico duro como por ejemplo un lapicero largo en forma horizontal entre los dientes, pero si se dificulta, es mejor esperar la llegada de los servicios de emergencia, para evitar lastimarlo o asfixiarlos, así como lesiones a quien trata de protegerlo.
Finalmente Mendoza Huerta comentó que al igual que otras enfermedades de tipo neurológico, es importante el apoyo y comprensión familiar, pues aun cuando sea así, el enfermo se siente aislado, señalado y rechazado y es normal que se sienta angustiado por su condición, el amor y respaldo familiar son decisivos, pues el enfermo no deja de ser el padre, la madre, el hijo o el esposo y aunque sus familiares se encuentren habituados a este tipo de eventos convulsivos, no deja de ser una impresión fuerte observar como de repente entra en crisis.
El doctor
Hidromiro Huerta Mendoza señaló que para dar tratamiento a los pacientes epilépticos, el médico realiza evaluaciones específicas, toma en cuenta los tipos de crisis, características del paciente y se realizan electroencefalogramas, estudios de imagen, ya sean resonancias magnéticas o tomografías.
Cuando el paciente cumple puntualmente con sus tratamiento, las crisis epilépticas tienen a ser esporádicas e incluso pasan meses o años sin que ocurran, sin embargo el enfermo no debe suspender o disminuir las dosis ante esta mejoría, pues debe ser el médico tratante con base en valoraciones y estudios quien determinará ‘darlo de alta’, aunque siempre existirá el 30 ó 35 por ciento de posibilidades de que reaparezcan los fenómenos convulsivos y entonces debe retomarse la medicación.
24/05/13
Nota 105863