Tenía 52 años de edad cuando murió en un accidente de tránsito vehicular, le culparon de dar

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Le apodaron desde muy temprana edad el "Macho" sus compañeros de barrio, enclavado en uno de los suburbios más populosos de Santa Fé, provincia de la República de Argentina donde nació el siete de agosto de 1942, engrosando las filas de una familia compuesta por sus padres y doce hermanos más.

De la casa más humilde, de piso de tierra apisonada, paredes de madera y techo de paja, surgió uno de los más grandes boxeadores que haya tenido el pugilismo mundial, por ende el de Argentina y se convirtió en campeón mundial de peso Medio, en esa división reinó por espacio de siete años con gallardía.

Y, entre otras peleas memorables, se recuerda la que sostuvo el nueve de febrero de 1974 con el singular "Mantequilla" José Ángel Nápoles , rey de reyes en la división de peso Welter, nacido en Santiago, ciudad heroica y capital de la Provincia de Oriente en Cuba, por la forma tan despiadada que el argentino victimó al antillano-mexicano a lo largo de siete asaltos que duró el combate pactado a 15 giros, celebrado en París, Francia, la noche del nueve de febrero de 1974 logrando el triunfo a barretazo limpio por la vía del KOT, para continuar su reinado.

Pelea harto comentada en su época y hasta nuestros días como una de las mejores muestras de poderío que ofreció el pugilista argentino. Pero, sin la intención de restar un ápice a la superioridad de Carlos Monzón, es menester resaltar que José Ángel llegó disminuido físicamente a ese compromiso vital y en el inicio del otoño de su brillantísima carrera en los encordados. No había quién le tosiera entre los welters de todo el mundo, José Ágel era el rey y nadie se quería comprometer a retarle.

El, Nápoles, aceptó subir de peso para combatir por la corona de Monzón. Llegó mermado por ese esfuerzo, a grado tal que se rehusó levantarse del banquillo instalado en su esquina cuando la campana llamó a los dos contendientes para escribir la historia del octavo asalto. Su aspecto era deplorable, daba pena y convidaba a tenerle lástima, porque nadie daba crédito a lo que sufría, ese ser que fue todo un gladiador de ébano, la cara era una masa sanguinolenta, era imposible que pudiera ver a través de unas auténticas rendijas que tenía entre los párpados castigados a lo máximo por los puños demoledores del "Macho"Monzón en siete actos. De esto se han olvidado los colegas especializados de la Argentina.

Para decirlo pronto, Carlos Monzón, olvidado al cumplirse un año más de que partió al descanso eterno este ocho de enero, fue el paradigma de la baja condición social, alzada hasta la solemnidad que consiguió a base de mucho esfuerzo, el que le exigió el adiestramiento en el gimnasio y el tratar de alejarse de una vida disipada. Se hizo de una personalidad muy propia y de un nombre respetado y temido; avanzó a puñetazo limpio con destino a las cimas que todo pugilista de su condición y drama desea escalar, como huyendo de esa infancia y juventud marcada por el desatino y la carestía.

Iba de prisa, como si en el correr se le escapara la vida. Una existencia azarosa, llena de visitas a la demarcación de policía de su barrio desde los años juveniles por pleitos con los de su estirpe, quienes solo en núcleo se atrevieron a desafiarle sacando siempre la peor parte, conflictos que casi siempre fueron encendidos por la mecha del exceso de cerveza ingerida, también sus enfrentamientos matrimoniales, desde que logró contraer nupcias con su "Flaca" Batriz del alma. Matrimonio que se fue disolviendo en cada pleito y donde el respeto fue cosa del pasado, de ahí que Beatriz armada con una pistola encaró a Carlos una noche de pleito y le disparó, una bala quedó alojada para siempre en uno0 de los brazos Monzón y así continuó peleando pero vino la rotura con la que fue su novia desde la infancia.

La existencia de Carlos Monzón arriba de los ensogados fue brillante. Desde antes de sostener su primer combate en el terreno profesional en el ya muy lejano 1963, en ese tiempo y la conquista de la corona, la noche del siete de noviembre de 1970, en Roma, Italia, cuando venció por KO en 12 episodios al italiano Nino Benbenuti, dejó constancia de ser un auténtico y completo pugilista, un boxeador de pegada demoledora pero dominador del llamado arte de Fistiana. Aclamado e idolatrado.

Sobre la breada lona blanca lucía con singularidad ese descendiente de Apolo, fuerte, frío. Que en peleas titulares realizaba un quehacer boxístico sordo para el enemigo; fue de elevada estatura y sabía sacar ventaja de esa cualidad; alternaba la guardia y sabía meter los puños a las partes blandas de su oponente para irlo aflojado y conectar después arriba con certeros puñetazos, sobre todo iban preparando al contrario con esa añeja combinación del uno dos.

Pese a que el CMB (Consejo Mundial de Boxeo) le despojó del fajín que le acreditaba como monarca en 1974, por negarse a exponerlo ante el colombiano Rodrigo Valdés. Luchó por la corona ante Rodrigo el 26 de junio de 1976 en Montecarlo, lo expuso ante el moreno en su segunda entrevista el 30 de julio de 1977; ambos pleitos llegaron hasta el límite de los 15 episodios y ambas victorias fueron para Monzón por decisión.

Fueron 14 años los que vivió como peleador profesional y permaneció invicto en 14 combates estando el título mundial en juego. Solo sufrió gres derrotas(entre 1963 y1964), fue en el inicio de su carrera a consecuencia de una cargada agenda de compromisos.

En contraste de sus éxitos sobre el cuadrilátero, su vida privada fue un tormento. Abandonó a su esposa para vivir con la escultural Suzana Giménez. Pareja de moda, de escándalo y perseguida por los paparazzis, sus fotografías se publicaban en todos los periódicos y revistas del mundo. Ello le abrió las puertas del cine al "Macho" Monzón.

Los pleitos y celos eran más constantes con el correr de los días. Vino la el rompimiento sentimental y la inevitable separación. Ya en el retiro Carlos contrajo matrimonio con Alicia Muñiz, modelo de profesión. Con ella procreó un hijo al cual pusieron el nombre de Maximiliano Roque. Todo era glamour ante la gente, ante el público de ambos. Hasta la noche del Día de San Valentín de 1988, cuando discutieron, un pleito que fue hasta la terraza del apartamento lujoso que compartía el matrimonio en Mar del Plata, de repente Alicia Muñiz fue al suelo y murió.

En el juicio Carlos Monzón declaró no recordar nada de lo sucedió, un indigente, apodado "Cartonero Báez", sostuvo que al pasar por el frente de la escena vio como Monzón empujó a su esposa y esta cayó al vacío y luego murió al impactarse en el piso. Esto provocó un debate nacional entre la prensa y el ex campeón mundial de peso Medio fue condenado a 11 años de prisión.

El buen comportamiento que tuvo en la cárcel le sirvió para recibir un trato especial dentro de los muros, además de gozar de permisos los fines de semana para estar en el exterior, en uno de ellos murió el ocho de enero de 1995 al volcar su automóvil.

Ahí terminó la vida del pugilista que realizó 100 pleitos como profesional, de ellos ganó 87, 59 por nocaut, tuvo nueve empates y sólo tres derrotas. Con la marca exitosa de 14 defensas del título mundial.

El "Macho" del barrio de San Javier en Santa Fe, Argentina, fue grande, es grande en el recuerdo y la historia que formó a puñetazo limpio sobre los cuadriláteros y seguirá como Carlos el Grande.

08/01/04 Nota 17322 

	Noche de estrellas.
	Se trató de un mecánico el aplastado por tráiler.
	Muere tras caer a un barranco.
	Hace Cardozo tres diabluras con Paraguay.
	La selección sub-17 ya está en México.
	Se presentará Hoy por la noche Magno evento en el Ex Convento de San José de Gracia.
	Denuncian a asalta taxis.