Alejandro Ochoa, un triunfador igual que su hermana.

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El 29 de abril cuatro mexicanos llegaron al Campo Base con la meta de alcanzar la cumbre de la montaña más alta del mundo. Este 16 de mayo solamente dos la conquistan, en un día que parecía no terminar jamás.

El 15 de mayo por la tarde Alejandro, Luis y Andrés llegaron al Collado Sur para descansar unas horas y prepararse para el ataque de cumbre. Originalmente los tres mexicanos querían subir el Everest sin oxígeno. En la última aclimatación, Luis decidió que iría con oxígeno. Al llegar a ocho mil metros, la zona de la muerte, Alejandro cambió de opinión, tenía su sueño tan cerca…no lo podía arriesgar. Andrés ya subió el Everest con oxígeno y sus intenciones eran hacerlo de la manera natural, probarse a sí mismo que lo lograría, él iría sin oxígeno.

A las nueve de la noche, entre el silencio y la oscuridad, Andrés, Alejandro y Luis salieron del Campamento Cuatro hacía el tan esperado ataque de cumbre. Juan Pablo estaba en Campo Base brindando su apoyo ya que hace unas semanas tuvo que renunciar a la montaña por un problema en el ojo. Iba a ser un día largo para los escaladores y para toda la gente esperando noticias.

Cada escalador lleva un ritmo diferente, sin oxígeno complementario, el paso es mucho más lento, lo que significa que Andrés cada vez se separaría de los otros dos. La comunicación con ellos durante la noche fue muy difícil, con el frío prefieren no sacar el radio para no congelarse las manos. Nada más nos imaginábamos en que parte de la ruta irían, hacíamos cuentas con las horas…ahora tal vez estén en el Balcón, o seguramente ya llegaron a la Cima Sur…..dónde estarán?

Tuvimos dos contactos por la noche pero solamente con los sherpas y realmente no supimos la ubicación exacta de los mexicanos. Asumimos que si no había noticias, es que nada malo estaría sucediendo.

Desde el primer rayo del sol, esperábamos noticias. Solamente Alejandro llevaba radio y nos contactó a las nueve de la mañana para decirnos que ya que estaba en el Escalón de Hillary y que de ahí haría alrededor de dos horas a la cumbre. Nos informó que Luis iba delante de él y que seguramente ya estaría haciendo cumbre pronto. Sobre Andrés, oíamos varias versiones sobre su ubicación, no teníamos la certeza de dónde se encontraba.

A las nueve y media nos informaron que Andrés entraba en el Balcón y que se sentía bien físicamente. Llegar a la cumbre después de las tres de la tarde puede ser peligroso. El clima puede empeorar y en cualquier momento cae la noche sin avisar. Según nuestros cálculos, Andrés se movía a una velocidad en la que le iba a ser difícil llegar antes de las tres de la tarde.

En Campo Base los minutos se hacían horas…por fin Alejandro se comunicó exactamente a las 11 de la mañana. Con la voz entrecortada y emocionada nos dijo "dónde creen que estoy?", si, había conquistado a la Diosa!. A unos 20 minutos antes de la cumbre, Alejandro se cruzó con Luis que venía de bajada, él había tocado el techo del mundo a las diez de la mañana. Era una realidad, dos mexicanos llegaron a la cima de la montaña más grande del mundo…su sueño estaba vivo!

El éxito de la cumbre realmente se consigue cuando regresas sano y salvo. La mayoría de los accidentes ocurren durante el descenso, los escaladores no se pueden relajar ni por un momento. El camino es muy traicionero hasta el Balcón y normalmente ya van cansados o deshidratados. Alejandro alcanzó a Luis de regreso y bajaron juntos para cuidarse entre ellos.

Mientras Luis y Alejandro disfrutaban su momento, Andrés la estaba pasando difícil. La Expedición de Discovery Channel nos informó que uno de los canadienses de nuestra expedición estaba teniendo problemas críticos. Efectivamente, Tom insistía en seguir escalando pero no podía siquiera permanecer parado. No tenía conciencia, inclusive alucinaba hablando con un amigo imaginario. Tenía síntomas de edema pulmonar graves. Tom no podía seguir subiendo o moriría. Andrés estaba cerca de él y junto con dos miembros de Discovery Channel coordinaron un rescate. Trataron de inyectar a Tom pero fue imposible, no se dejaba. Le pusieron una botella de oxígeno y había que empezarlo a bajar de inmediato.

Andrés entro en una disyuntiva muy grande. Valdría la pena seguir subiendo? Todavía alcanza el tiempo? Mejor le ayudo a este hombre a vivir? Quiero perder esta oportunidad? Las razones no las sé, pero Andrés decidió regresarse, ayudar en el rescate y dejar a la Diosa sin conquistar.

Luis y Alejandro se encontraron a Tom y a Andrés en el camino de bajada. Como equipo bajaron lento y seguro, fue un acto de compañerismo. Campo Cuatro era su próximo destino.

Los mexicanos usaron sus últimas fuerzas del día para llegar a las tiendas de campaña de Campo Cuatro (7900m). Llegaron a las cinco de la tarde, para concluir con una jornada de 30 horas sin dormir. Ahora, tras una escalada agotadora, llena de terror y dudas, caerán en el que tal vez sea el sueño más profundo y más feliz de su vida.

La cima es sólo un pedazo muy pequeño de la montaña. La mayor parte de la experiencia se vive durante la escalada, el largo proceso para llegar a la cumbre. Las situaciones de Andrés y de Juan Pablo no son propiamente un fracaso, todo esto merece la pena por el simple hecho de tener la valentía de dejar correr sus sueños.

A la mañana siguiente, Luis y Alejandro irán tomando conciencia de una certeza maravillosa, de que realmente, de verdad, lo han conseguido. Han hecho cumbre en el Everest!

"La cabeza se inunda con un tifón de mentiras, ideas, verdades e ilusiones. Uno se repite una y otra vez la secuencia de actividades para ese día y de igual manera te reafirmas tímidamente que sí vas a poder, que de alguna manera esa excepción de coincidencias milagrosas serán en tu día.

Lo cierto es que uno va con más miedos que nunca, esperando que salga de nosotros esa fuerza sobrenatural que todavía no conocemos y que posiblemente tengamos. Hay que llegar lo más alto posible y regresar a nosotros mismos, eso es lo que esperamos", comentó Alejandro Ochoa.

"Me gustaría estar allá arriba por mí, pero también quisiera que la gente supiera que si le echan ganas, sí se puede. Yo nunca tuve una educación deportiva, ni los recursos para escalar, me ha costado trabajo conseguir apoyos económicos, pero aquí estoy luchando por mi sueño. Yo me vine realmente sin dinero a este viaje, ahora un patrocinador creyó en mí y eso me motiva" fueron las palabras de Luis Espinosa.

"Cuatro días para luchar contra nuestros cuerpos y mentes, para buscar en nuestras almas el fuego interno que hasta aquí nos ha traído" dijo Andrés Delgado.

"Cuando dejas de luchar contra el frío, el agotamiento, el dolor y entras en armonía contigo mismo y con la naturaleza .nada más así es posible alcanzar la cumbre" finalizó Juan Pablo Gómez Pietrini .

17/05/04 Nota 22192 

	Hace un tema Manuel Alejandro para Luismi.
	Podría Luis Miguel grabar un tema de Manuel Alejandro.