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Aficionados de México.
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A+ A- Dos días después de que la corredora Ana Guevara se hiciera con la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas, los mexicanos mantienen una actitud de alabanza a la atleta, calificada por un psicólogo de "impotencia condicionada".
"Hay una situación de enorme propaganda. La han convertido en una heroína, probablemente eso ocurra en otros países, pero no de una forma tan desmedida. Dudo que en Italia, España o Francia, una atleta sea tan idealizada", dijo el psicólogo Giuseppe Amara.
Explicó que, en este caso, la gente se condicionó a un sentimiento de impotencia por el que "todo se focalizó en el triunfo como forma de hacer sombra a los fracasos".
Después de la carrera de Ana, los canales de la televisión apenas dieron importancia al resto de la jornada y llenaron sus espacios a pasar documentales de la velocista, entrevistas a sus familiares y a especialistas en atletismo.
Los diarios han calificado de diosa a la medallista y la gente de la calle se ha contagiado con los elogios.
Al dar una explicación al fenómeno relacionado con Ana Guevara, el especialista en psicología opinó que en México hay un problema de identidad.
"Hay una ambivalencia severa; y algo que afirme a los mexicanos en el mundo genera pasión y alegría. Eso nos debiera dar gusto, lo injusto es crear falsos valores y presionar demás a los deportistas", explicó.
Amara criticó a algunos medios por explotar y aprovecharse de la fama de la campeona mundial, a quien elogió por haber resuelto bien la dificultad de competir con tanta presión, y aun así ganar una meritoria medalla de plata.
"Hizo un esfuerzo supremo, se sentía muy presionada", aseguró el psicólogo que entendió la solidaridad con la velocista, a pesar de que fue la mejor del mundo en los últimos tres años y ahora apenas quedó en segundo lugar con un tiempo que no está entre los seis mejores de su vida.
"Ella no falló, hizo lo que pudo y no tiene culpa que quieran utilizarla para disfrazar vacíos en la actuación de la delegación mexicana", apuntó.
Antes de comenzar los Juegos Olímpicos, México no tenía más de una decena de deportistas con oportunidades de ganar medallas, pero los medios han mencionado como posibles triunfadores a atletas alejados de los mejores del mundo como la judoca Vanessa Zambotti, la corredora Liliana Allen y los boxeadores, entre otros.
Esa propaganda ha hecho daño y ha despertado una sensación de fracaso, según el criterio de Giuseppe Amara.
México lleva dos medallas de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas, lo cual se acerca al promedio de triunfos del país, que es de tres preseas por Juego Olímpico; en los pasados de Sydney 2000, el país ganó una de oro, dos de plata y tres de bronce, pero en Barcelona 1992 sólo conquistó una de plata y en Atlanta 1996 una de bronce.
25/08/04
Nota 26299