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Pasillos del Poder.
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A+ A- Por:
César Augusto Vázquez ChagoyaGHANDI BIZARRO
Así lo dijo: "nuestra lucha será pacifica como Ghandi" y con el tiempo inició su "resistencia civil" para lograr que el candidato presidencial del PAN,
Felipe Calderón Hinojosa , y los 7 magistrados del
Tribunal Federal Electoral , acepten que se cuente casilla por casilla y voto por voto, que técnicamente no se puede hacer por que automáticamente nos llevaría a anular la elección presidencial del 2 de julio pasado. El "Ghandi mexicano" se llama
Andrés Manuel López Obrador , quien desde el domingo 30 de julio de 2006, mantiene bloqueado el centro de la capital de la república, en una lucha por la democracia mexicana, según él.
Las luchas de Ghandi eran contra los sistemas políticos y sociales de la India y Sudáfrica, en pocas palabras, en contra del gobierno ingles, que lo quiso doblegar encarcelándolo, agrediéndolo y él siempre contesto con la pasividad, poniendo la otra mejilla y ganó la independencia de la India, así como de Pakistán. No sabemos, porque eso nunca le pasó a Ghandi, si la "resistencia civil pacífica" le hubiera dado resultados si la lucha la hiciera en contra de los ciudadanos, para doblegar sus voluntades políticas.
Lo que sí hicieron Ghandi y su "alumno"
Martín Luther King , en Estados Unidos, fue resistencias a tiendas, dueños del trasporte etc., pero nunca en contra del pueblo que decían defender y menos con un acto violento de impedir que millones de personas transitaran por donde quisieran y violar los derechos universales de los derechos humanos de estos ciudadanos mexicanos. Entonces no se llama "resistencia civil" sino "agresión al civil".
A nombre de Ghandi, con un acto de agresión, nace en México uno bizarro, que no ejerce la lucha pacífica, sino la agresión y resistencia a los ciudadanos y no en contra de los gobiernos o sistemas políticos. Si
Andrés Manuel López Obrador hubiera bloqueado el centro histórico en 1994, cuando el sistema electoral lo manejaba el gobierno mexicano, su lucha civil seria válida; pero ahora en el 2006, los que manejan el sistema electoral son los ciudadanos desde la casillas hasta el más alto puesto del
Instituto Federal Electoral , así como los 7 magistrados del
Tribunal Federal Electoral . No hay gobierno.
El 2 de julio fueron cerca de un millón de ciudadanos en 130 mil casillas los que contaron los votos para elegir diputados, senadores y presidente de la república. A estos ciudadanos no se les pagó un sueldo porque según dice nuestra constitución es una obligación ciudadana. El conteo en las casillas es el acto más importante de nuestro sistema electoral y ahí ciudadanos de todos los credos y colores, certificaron la voluntad de 42 millones de mexicanos de un padrón de 72 millones.
Unos no quisieron ir a votar, manifestando su voluntad de no creer, no querer, no poder o no ir a votar por flojera. Otros, cerca de un millón, fueron a las urnas y llenaron la papeleta como quisieron, rompiendo las reglas a propósito para que se anulara su voto o simplemente se confundieron y la tacharon dos veces o más. La gran mayoría del padrón electoral votó correctamente y con votos deferenciados para los partidos políticos. A uno le dieron la confianza para la Presidencia de la República, el otro para el Senado y otro para la Cámara de Diputados. Otros dieron los tres votos al mismo partido. Se votó sin que los coaccionaran. No hubo violencia. Los funcionarios electorales de las casillas cumplieron con su deber ciudadano ejemplarmente.
Lo recogido en las casillas se juntó y dio como resultado que por casi un cuarto de millón de mexicanos de más, quisieron que el candidato del PAN a la presidencia de la república ganara sobre su más cercano competidor que era López Obrador. ¿Hubo errores? Claro y muchos, pero no de mala fe de los funcionarios de casillas, porque ellos no son profesionales. También fallas en el IFE con su anunciado conteo de salida, el de resultados electorales previos (PREP), pero más bien fue la falta de saber los tiempos ante la enorme responsabilidad del titular
Luis Carlos Ugalde . También se hicieron los cómputos y tampoco hubo violencia. Todo esto manejado por ciudadanos. Ahora el asunto está para resolverse jurídicamente y el fallo final esta ante el
Tribunal Federal Electoral .
Hay que saber que tanto el titular, como consejeros e integrantes del Tribunal son aprobados por el Congreso, integrado por todos los partidos políticos, y que tienen que llenar rigurosos requisitos, pero estos funcionarios en materia de votos no participan y sólo se encargan de capacitar a los funcionarios de las casillas, que son los verdaderos héroes de las elecciones en México. Así que se diga lo que se diga, los que reciben, cuentan y dan a conocer los resultados de cada casilla, son los ciudadanos escogidos al azar y es difícil el fraude electoral. ¿Cómo se pondrían de acuerdo cerca de un millón de ciudadanos de toda la república para hacerle trampa al candidato del PRD a la presidencia de la república y no a sus compañeros candidatos para el Senado y las diputaciones?
También hay que saber que los cómputos se efectuaron el 5 de julio y ningún candidato de la Coalición que apoya a López Obrador se negó a recibir sus constancias de mayoría, ni alegaron fraude. Estaban contentos, pero ya salió una voz democrática diciendo que una forma de protestar porque López Obrador no va a ser presidente, es que no tomen posesión los diputados y senadores perredistas, y eso sería el segundo error fatal del "Ghandi mexicano" en el mundo bizarro, ya que se quedarían sus enemigos solos en la tribuna más importante del país.
Ante lo anterior, el "Ghandi mexicano" anda patinando con bloquear la capital de la república. ¿A quién presiona? Al gobierno federal no, porque el asunto esta en manos del
Tribunal Federal Electoral . ¿A los gobiernos estatales? Ídem. ¿A los demás candidatos presidenciales y en especial a Felipe Calderón? Tampoco, porque no tienen capacidad jurídica para aceptar un conteo voto por voto. ¿A quién se está presionando y maltratando con el bloqueo? A la ciudadanía que le ha sido fiel a López Obrador en el Distrito Federal y también a los muchos menos que tiene en contra.
¿A qué autoridad se pone en ridículo y se tiene presionada por explicar lo inexplicable por permitir el bloqueo, afectando el libre tránsito de millones de personas y por las pérdidas millonarias en el comercio, turismo, etc.? Al gobierno del Distrito Federal que maneja López Obrador. Tomar el centro histórico fue un error político garrafal y por cada día que pase, el PRD, gracias a López Obrador, irá tirando su capital político y es más, no aguantarán la presión social y sí aumentan o amplían sus acciones violentas en contra de la ciudadanía, que van a ir perdiendo más rápido.
Nunca en la historia política se tardó tanto alguien en construir un capital político como López Obrador, pero también con que "acelere" lo está perdiendo. Esta vez le está fallando la estrategia al tabasqueño amarillo, porque nadie le ha dicho que no tiene como contrincante al gobierno; es más no tiene contrincante, sino millones de ciudadanos que no le deben nada al Ghandi mexicano en su mundo bizarro. La capital de la república mexicana, es el único lugar del mundo donde sus propias autoridades estrangulan su ciudad y se "autoinmolan políticamente". Lástima.
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01/08/06
Nota 45925