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• Los resultados de la consulta ciudadana en materia petrolera...
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A+ A- POR: ALFREDO TRESS JIMÉNEZ.
La semana pasada los Partidos de la Revolución Democrática, Convergencia y del Trabajo integrantes del
Frente Amplio Progresista (FAP), por conducto de sus grupos parlamentarios, entregaron la propuesta ciudadana de reforma energética al Senado de la República, siendo la única iniciativa que se encuentra en el Congreso que tiene el respaldo de más de 2 millones 600 mil mexicanos que acudieron a expresarse por el NO a la privatización de PEMEX, así como las aportaciones determinantes por su gran conocimiento en la materia de expertos, académicos e intelectuales mexicanos, recogiendo también en esta iniciativa de todas las aportaciones a favor del fortalecimiento de PEMEX sin ningún sesgo de privatización ni de violentación Constitucional vertidas en los 18 foros de consulta ciudadana realizados en 70 días, donde 169 ponentes expusieron 163 temas relativos al Petróleo en el Senado de la República.
La iniciativa del FAP contempla como primer punto el desarrollo de una política energética de Estado y fortalecimiento de Pemex, a fin de sustentar las propuestas emitidas al Congreso; en segundo lugar se plantea la modificación de reformas a la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional, donde se establece que la paraestatal se establezca como un organismo público descentralizado y dotado de autonomía de gestión y presupuesto.
Asimismo la creación de una nueva Ley Orgánica de Pemex, donde se detallen sus características organizativas, forma de gobierno, dirección y control del organismo. De igual modo, se prevén nuevas reformas al artículo 33 de la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal , en referencia a la Secretaría de Energía, donde se platea fortalecer a dicha Secretaría.
Considera también, que PEMEX requiere una transformación radical y su restitución como industria plenamente integrada, para aprovechar las economías de escala, la continuidad de sus líneas de producción, su mayor eficiencia operativa y económica, una amplia capacidad de negociación tecnológica, financiera y comercial para competir en igualdad de condiciones con sus pares en el mundo. La iniciativa esgrime su postura opuesta al desmembramiento de la paraestatal, a la reducción de sus áreas de actividad, a la pulverización de sus acciones, a su privatización, así sea parcial, independientemente de la forma o designación que se le quiera dar.
Se contempla la necesidad de fortalecer a PEMEX y de dotarlo de autonomía presupuestal, dentro del marco de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y de autonomía de gestión, entendida esta no como régimen de excepción, sino como la facultad de operar con fundamento y criterios técnicos, económicos, estratégicos, ambientales y de seguridad, de conformidad con la legislación aplicable y los lineamientos de su Ley Orgánica y con un programa estratégico del
Sector Energético Nacional .
Se hace hincapié en que se requiere un Pemex con ductos y refinerías, propiedad al 100% del Estado mexicano; sin contratos discrecionales, inciertos e interpretables, ni de riesgo, ni de servicios múltiples de desempeño o incentivados, sin acotamiento alguno, que sean mecanismos de transferencia de la renta petrolera; con la reorientación de contratos "llave en mano" que inclinan la balanza a favor de los grandes consorcios internacionales, dueños del dinero, y con la abolición definitiva de los Pidiregas; con recursos suficientes para su actualización permanente y para su crecimiento, con mecanismos de supervisión y control internos y externos adecuados que lo liberen de corrupción y de pereza, con un sindicato democrático, digno de la calidad de los trabajadores petroleros.
Un PEMEX que promueva la ingeniería mexicana y el desarrollo científico y tecnológico nacionales y que apoye el progreso de la Nación. Un PEMEX que aliente el desarrollo de la empresa privada nacional y su participación en la industria petrolera en todas las áreas no reservadas al Estado: en el amplio espectro de la construcción de instalaciones y de la proveeduría de bienes y servicios y en las cadenas industriales de valor agregado de los derivados de los hidrocarburos. Un PEMEX que no puede renunciar a su condición de organismo emblemático de la soberanía nacional y que debe retomar su papel como palanca del desarrollo de la Nación.
La iniciativa presentada que recoge ampliamente las inquietudes y aportaciones ciudadanas, no plantea un regreso al pasado, sino representa una respuesta a una evidente actualidad global, defendiendo lo que es nuestro. El país requiere que Petróleos Mexicanos sea una empresa fuerte, con pleno ejercicio de facultades, sin ceder a la iniciativa privada sus áreas de exclusividad, autónomo en el manejo de sus recursos y de sus acciones, con un régimen fiscal no confiscatorio, equitativo y justo para el buen desempeño de sus funciones.
La iniciativa busca enriquecer el debate nacional y demostrar que con la unidad consciente y comprometida de los mexicanos se puede tener una evolución petrolera y energética en condiciones de ampliar y dar sustento al espíritu emprendedor del sector privado nacional y extranjero sin poner en riesgo ni malbaratar una riqueza que para ser nacional debe servir a todos en el presente y estar en condiciones de sostener el bienestar y la seguridad de las generaciones futuras. Definiendo al Petróleo como parte importante de las políticas públicas estratégicas nacionales.
Por lo que la propuesta de reforma en materia petrolera del FAP, es opuesta a la propuesta del Presidente Calderón, quién pretende otorgar permisos a extranjeros para privatizar la exploración, la perforación, la refinación, la petroquímica, el transporte, los ductos y el almacenamiento de petrolíferos, lo cual significa entregar en beneficio de unos cuantos el patrimonio de todos los mexicanos, por ello existe una oposición tajante a la privatización pero razonada y fundamentada, El país requiere una verdadera transformación de la vida pública, un cambio en la política económica, un cambio en la forma de hacer política, porque no podemos aceptar que siga habiendo esa enorme desigualdad económica y social, en donde unos cuantos lo tienen todo y la mayoría carece hasta de lo más indispensable. ¿Usted qué opina?
alfredotress04@yahoo.com
01/09/08
Nota 65085