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Grave el llamado "mito del son", COMPAY SEGUNDO.
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A+ A- La habana.- Hay pocos personajes que consiguen convertirse en leyenda todavía en vida. Compay Segundo es uno de ellos.
"Es muy bonito pasar por el mundo y dejar huella", dijo en una ocasión el nonagenario cantante y compositor cubano que convulsionó el mundo de la trova cubana en la última década.
Una grave enfermedad le obliga hoy a guardar cama y a retirarse de los escenarios.
Pero Francisco Repilado (su verdadero nombre), sabe, a sus 95 años, que la huella ya está trazada.
Trovador autodidacta, mujeriego, epicúreo, guasón y parrandero, Compay ya tenía hechas las maletas para su clásica gira estival por Europa, donde se le venera desde hace años como artista de culto. Pero una insuficiencia renal severa le ha retenido en su casa de La Habana, donde convalece consciente pero sin recibir visitas, arropado por la familia, según declara a este periódico su hijo, Salvador Repilado, que también ejerce como representante artístico de Compay y toca el contrabajo en su grupo.
En estos días, el grupo de Compay Segundo graba las bases musicales de lo que será un disco de versiones de algunos clásicos, como el "Just a gigoló", de Louis Armstrong.
"Todavía no hay fecha para terminar el disco, nos gustaría que Compay pudiera participar en él", comenta Salvador, aunque sabe que esa posibilidad está prácticamente descartada.
Quedan, para la posteridad, eso sí, las más de 100 canciones compuestas por Compay a lo largo de su vida profesional, trazos sonoros que tanto valen para disfrutar como para trascender.
En homenaje a esa leyenda viva, ayer se celebró en el elegante Hotel Nacional de La Habana un concierto de los músicos que le han acompañado en sus recientes giras y en sus grabaciones.
"Vamos a transmitirle nuestro ánimo y ayuda para que se recupere, porque él nos dice a cada momento que quiere salir adelante", señala Salvador Repilado.
El torcedor de tabaco
Como todo sonero que se precie, Francisco Repilado es originario del oriente cubano. Nació el 18 de noviembre de 1907 en Siboney, en la provincia de Santiago de Cuba, donde el son es algo más que un género musical, una forma de vida.
Hijo de una familia campesina, el joven Repilado ayudaba en el oficio de torcedor de tabaco mientras pegaba el oído a la primera guitarra que escuchaba. Sin más escuela que la calle y la perseverancia, aprendió a tocar el tres y la guitarra imitando a maestros como Sindo Garay y otros trovadores santiagueros. Autodidacta, inventó su propio instrumento, el armónico, guitarra de siete cuerdas que define así: "Es una guitarra de seis cuerdas y otra más que repite la nota Sol".
En los años 30 Repilado se traslada a La Habana de la mano del quinteto Cuban Stars y se le puede ver tocando el clarinete en la banda de bomberos de Regla. Más adelante se integra al grupo de Miguel Matamoros y en 1942 funda el dúo Los Compadres junto a Lorenzo Hierrezuelo. Repilado hacía la segunda voz. Nacía así Compay (compadre) Segundo.
El dúo se mantuvo hasta 1955, cuando se funda el grupo Compay y sus muchachos, que catapultó al éxito al músico de Siboney.
Tras la Revolución Cubana, en los años 80 Compay reanuda su verdadera vocación, la música, tocando y cantando en hoteles de La Habana. Un viaje a Estados Unidos en 1989 con el Cuarteto Patria le sirve de tarjeta de presentación internacional.
Es probable que Compay Segundo no vuelva a pisar un escenario ni pueda grabar más canciones, pero ahora descansa tranquilo en su casa habanera. Su huella es ya imborrable.
12/07/03
Nota 11277