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Zidanese se negó a recibir a la revista oficial de la FIFA.
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A+ A- El Real Madrid demostró hoy que sigue siendo un club anclado en el pasado con un tratamiento ridículo a la prensa internacional en la jornada de puertas abiertas obligatoria como finalista de la Liga de Campeones.
La peque~na sala de prensa de la Ciudad Deportiva del club, atestada de medios de comunicación de todo el mundo, se convirtió en el escenario de una demostración de desorden por parte del equipo blanco, que acostumbra a no estar jamás a la altura cuando se trata de citas de este calado.
A fin de encontrar sitio para todos los medios presentes, la única idea del club fue la de retirar las sillas. Los operadores de las cámaras de televisión, situadas al fondo, exigieron que nadie se colocara de pie delante de ellas, con lo que algunos periodistas se sentaron en el suelo y otros debieron agolparse contra las paredes.
Entre las absurdas normas impuestas por el club para la ocasión, puede destacarse la prohibición de que se hicieran preguntas en cualquier idioma extranjero, haciendo imposible que pudieran trabajar los medios de los países de procedencia de las estrellas madridistas.
El jefe de relaciones externas del club, Joaquín Maroto, no ofreció solución alguna para esos medios foráneos, cuyos periodistas no ocultaron su disgusto.
Lejos de mostrarse consternado ante el ridículo, Maroto se limitó a señalar: "El Madrid es así, genera mucho interés".
Los hechos motivaron incluso la risa de los propios jugadores madridistas al ver a los periodistas en el suelo. "Esto está muy bien organizado", dijo con ironía el brasileño Roberto Carlos. "El Real Madrid es el mejor club del mundo, no?", bromeaba el inglés Steve McManaman.
Jugadores como el portugués Luis Figo o el propio McManaman concertaban por su cuenta las entrevistas que el club aseguraba que eran completamente imposibles de realizar.
Jugadores como el meta César, incluso, manifestaron avergonzados: "Confío en que la próxima vez que nos veamos sea en mejores circunstancias".
Los desaciertos del departamento de prensa del Real son un fenómeno cotidiano. Tal vez en ningún club del mundo sea tan difícil conseguir una entrevista con un jugador, dada la absoluta tolerancia del Real Madrid ante las evasivas de sus jugadores frente a los periodistas.
El caso extremo es el del francés Zinedine Zidane, un futbolista que se negó a recibir a la revista oficial de la FIFA cuando desplazó a cuatro enviados desde Japón para realizarle una entrevista de cara al Mundial, sin que el club tomara medida alguna pese a que una parte importante de sus emolumentos los percibe en concepto de "derechos de imagen".
La actitud de los responsables de prensa del Real ha alcanzado límites sorprendentes. El citado Maroto, ex periodista, llegó al extremo de amonestar a sus antiguos compañeros por hacer preguntas comprometidas durante una rueda de prensa del portero Iker Casillas.
Lejos de completarse la anunciada modernización del club, la llegada de Florentino Pérez a la presidencia parece haber aportado sólo soluciones cosméticas.
El Real sigue sin tener salas de prensa, lugares de concentración para el equipo, una explotación racional de la imagen o cualquiera de las medidas de modernización adoptadas hace ya una década por los equipos con los que compite en Europa, como el Milan, el Inter, el Bayern Múnich o el Manchester United.
09/05/02
Nota 1242