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Sebastián Abreu celebró el nacimiento de su hijo con un chupón y una gorra de maternidad, tr
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A+ A- Apenas el miércoles pasado nació el segundo hijo de Sebastián Abreu, un varoncito, en esta ocasión, quien junto con su hermana Valentina, acompañó a su papá este domingo a la cancha del Estadio Azteca, convirtiéndose en el amuleto para que las Águilas se alzaran con el triunfo gracias a un gol del charrúa.
Se puede decir que el pequeño Abreu, no trajo torta, sino una deliciosa tarta de fresa bajo el brazo, ya que con el silbatazo final del recién llegado de Finlandia,
Marco Antonio Rodríguez , la mayoría de los casi 25 mil aficionados festejaron a lo grande el 1-0 sobre el Irapuato.
Pese a todo y sin darse el mejor futbol desplegado por las Águilas, quienes no pudieron volar con toda la libertad que su afición espera ante el Irapuato, por lo pronto aligeraron un poco la presión por no sumar de a tres puntos, en un partido de contrastes, donde en el primer tiempo atacaron con insistencia, dedicándose a defender su mínima ventaja en el complemento.
Debieron pasar seis fechas del Apertura 2003, así como un igual número de amistosos para que los seguidores del club de Coapa tuvieran algo que festejar en el anhelado regreso de Leo Beenhakker al timón de este plantel.
Indiscutiblemente que gran parte de la tarde de este domingo se la llevó, Abreu, quien fue el último en ingresar a la cancha, esto debido a que llevaba en brazos a su hijo apenas nacido el miércoles de la semana pasada, quien sería su amuleto.
Pocos se dieron cuenta de la nueva locura del charrúa, que también iba con su hija Valentina, nacida hace tres años en Guadalajara durante su estancia en los Tecos de la UAG.
El "Loco" dejó ver una parte desconocida de él, ya que se le vio muy cariñoso, entregado a sus pequeños tesoros, cuya presencia pareció motivarlo a lo grande.
Vaya que se notaba un Abreu diferente, pues, de entrada regresó a la titularidad tras dos encuentros de haber estado en la banca, además de que se veía dispuesto a anotar como fuera y a buscar recuperar balones hasta en su propia área, así como a dialogar con sus compañeros.
Fue tal el deseo de convertir del uruguayo que al minuto 16 cuando parecía anotar un tanto de esos ´cantados´, entregó su disparo a Carlos Briones, quien se levantó como figura en ese momento.
Sin embargo, el bebé recién llegado trajo suerte y finalmente el motivado papá pudo festejar a su hijito al 53, cuando logró ponerse como líder anotador de las Águilas con dos tantos, colocándose un gorrito de maternidad y un chupón en la boca.
En cuanto al partido, este vivió dos partes opuestas, ya que antes del gol, el América parecía no dejar de lado su idea de atacar, donde la mala fortuna le acompañaba, pero tras el tanto del uruguayo surgió de inmediato la prioridad anunciada por los azulcrema desde hace varios días: ganar como sea.
Los de Coapa cedieron la iniciativa a los Freseros, quienes no perdieron el orden, pero que no fueron capaces de aprovecharlo, para que los anfitriones terminaran replegados, al más puro estilo de su técnico hasta el torneo pasado, Manuel Lapuente, con lo cual dejaron en claro que antes del espectáculo deben asegurarse los resultados.
Pese a la victoria, algunos salieron molestos, como Cuauhtémoc Blanco, quien al irse de cambio optó por volver a la banca cuando ya enfilaba al vestidor, pero sin duda, los americanistas ya tienen de nuevo un dulce sabor de boca, el que les dejó la fresa para poder festejar, por fin, una victoria.
07/09/03
Nota 12994