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Cuauhtémoc le respondió en la cancha a Leo Beenhakker.
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A+ A- Esa facilidad para conducir el balón, acariciarlo, dirigirlo hacia donde él quiere, se volvió a dar este domingo sobre la cancha del Estadio Azteca, sumándose la comunión entre Cuauhtémoc Blanco y la afición de los azulcrema, al aportar dos goles y un futbol cargado de virtuosismo en el triunfo 3-0 del América sobre el Atlas, donde Fernando Quirarte padeció el reencuentro del artillero águila.
Indiscutiblemente la actuación del "Temo" fue una probadita de que ese juego por el cual muchos lo consideran el mejor futbolista del país puede volver a dar pinceladas como este domingo en el inmueble de Tlalpan donde lo mismo se le vio tocar de derecha, de zurda, de taquito, con la cadera, hacer pantallas, como si recobrara el gusto por estar ahí.
Fue tal el descaro y ese futbol tan sencillo que parece tener Blanco que Cuauhtémoc duplicó en 90 minutos la cifra de goles anotados en el Clausura 2003, donde solamente realizó un festejo, además de volver a encabezar a los romperredes de su equipo, esta vez, con tres anotaciones agregado su tanto ante Cruz Azul en la fecha 2.
Parecía que el "Temo" quería gritarle a su afición que ahí está, dispuesto a alcanzar las alturas soñadas por los americanistas, lista donde se incluye a sus compañeros, técnico y directiva.
Sin duda que la cábala de Sebastián Abreu volvió a surtir efecto, aunque esta vez el "Loco" no anotó, ya que tras llevar a la cancha a sus hijos, Valentina y Diego Fernando como la semana pasada, las Águilas volvieron a ganar por segunda fecha al hilo.
El delantero charrúa mantuvo su espíritu de lucha, de combatividad, aunque se perdió de nueva cuenta algún gol "cantado". Jesús Mendoza no dejó de correr y crear espacios. Adolfo Ríos por su parte sumó 216 minutos sin recibir gol.
Mientras la mayoría de los 20 mil aficionados reunidos en el Estadio Azteca se regodeaban con la exhibición de Cuauhtémoc, quien la sufría en su banca era el "Sheriff" Quirarte, quien veía cómo su equipo continuaba sin poder ganar en siete juegos del torneo, además de sentir la presión del "Temo" sobre sus pupilos.
Fue tal el nervio generado por Blanco entre la zaga tapatía, que provocó un autogol de Fernando Salazar, quien en su afán de impedir la llegada de un servicio de Germán Villa hacia el "10" águila, se apresuró a impedir la llegada del balón pero lo incrustó en su portería.
Así, mientras Cuauhtémoc volvió a ser el que su afición quiere ver, el América ganó de nuevo, sumó seis puntos en casa, mientras que el destino de Fernando Quirarte estará por resolverse en las próximas horas.
14/09/03
Nota 13208