|
Después de 13 años vuelve a ser campeón.
|
A+ A- América superó 3-0 (3-2, global) al Necaxa con gol de oro en el primer tiempo extra del argentino Hugo Castillo, para conseguir su primer título en 13 años, con el campeonato Verano 2002.
Con un equipo discreto pero cumplidor al mando de Manuel Lapuente que por fin correspondió a una hinchada que llevaba más de una década de frustraciones y que hoy llenó el Estadio Azteca, las Aguilas, que parecían perdidas, ganaron 2-0 en el tiempo regular para empatar 2-2 y en la prórroga concretaron el milagro.
No fue nada fácil para los de Coapa, de hecho al principio del segundo tiempo Necaxa tenía todo controlado, sacando renta de su 2-0 de la ida. No había ningún resquicio para vulnerar a una defensiva que llegó a acumular 613 minutos sin recibir gol y que terminó recibiendo tres.
Los primeros minutos fueron de engañoso acoso americanista, ya que éste se diluyó de inmediato y apenas se manifestó en un aviso sobre la portería de Nicolás Navarro, mediante un disparo de Hugo Castillo, que el arquero sacó apuradamente a tiro de esquina.
Pero no fue más que un espejismo amarillo, porque Necaxa no sólo mantuvo la pelota lejos de su meta, sino que poco a poco tuvo el control de ella e incluso la llevó con bastante peligro a los territorios de Adolfo Ríos.
América presionó los primeros minutos, pero también se mostró como un equipo sin idea, afanado en entrar por el centro del campo, justamente donde los Rayos simplemente son invulnerables.
Así fue aumentado minutos sin recibir gol el equipo de Raúl Arias, que para mayor desazón de la hinchada americanista, que tiñó de amarillo el graderío del Estadio Azteca, decidió darle buen uso al balón y fue entonces cuando la meta de Ríos estuvo en peligro.
Primero fue Luis Pérez, quien coronó un contragolpe a los 24 minutos con disparo que pasó muy cerca del poste izquierdo; a los 28 fue Sosa que lanzó un cabezazo bombeado de alto grado de dificultad, en el que Ríos tuvo que aplicarse para enviar a corner.
Entre tanto, América se atascaba en el medio campo, sin poder librar con ventaja las líneas defensivas rojiblancas y, quién sabe por qué razón, obstinado en siempre ingresar por el centro, lo cual simplemente redujo a cero sus llegadas.
Si acaso, en medio de ese dominio necaxista después de los 20 minutos, la única llegada considerable de los de Coapa fue a los 26 por conducto de Christian Patiño, inofensivo cuando escasean los espacios y quien pateó muy arriba luego de un mal despeje de Navarro.
Pero en realidad el trámite estaba en manos de Necaxa, que jugaba muy bien con su ventaja de 2-0 en el global y que en ningún momento cometió algún descuido.
Tras el descanso, el panorama se nubló aún más para los de Lapuente, que ni por equivocación se acordaban de explotar las bandas, y como si en forma anticipada dieran por perdido el trofeo que urge en Coapa.
Lo peor en ese momento es que Lapuente seguía guardando increíblemente a Zamorano en el banquillo, donde estuvo los primeros 49 minutos del cotejo y cuando entró, la historia fue radicalmente diferente.
Fue Marcelo Lipatín el que sacó al América con un tiro muy cerca del poste.
Entonces, cuando el título ya casi era rojiblanco, las bandas aparecieron en el domingo americanista, a los 58, justo cuando Necaxa sumaba 613 minutos sin recibir gol. En efecto,
José Antonio Castro desbordó por derecho, lanzó un largo centro que a segundo poste Patiño empujó de cabeza para el 1-0.
Ya con el graderío impulsando con cánticos a los amarillos y desmoronando al incómodo rival, cayó el 2-0 a los 62, cuando Hugo Castillo habilitó por el centro a Zamorano, quien dejó correr y de zurda cruzó para batir a Navarro.
Por si fuera poco, Luis Pérez cometió una tontería -por decirlo suavemente-, cuando a los 65 minutos aplicó una violenta entrada sobre el chileno Ricardo Rojas, que no hizo dudar al árbitro Armando Archuncia para sacar la roja directa.
Los siguientes minutos fueron de desconcierto del cuadro necaxista, que no tuvo hombres para llevar el esférico al campo del rival, mucho menos para acometer la portería de Adolfo Ríos, que tuvo poco trabajo en el segundo periodo.
Sin mucha claridad y en medio de mucha tensión, las Aguilas coquetearon en par de ocasiones con la anotación del título, las dos a través de Patiño, quien primero no dio el pase adecuado y, más tarde, tardó demasiado y su disparo fue rechazado por la defensiva.
Todavía antes de los tiempos extra, América pudo tejer una llegada a la meta de Navarro, que finalizó con un toque de Iván Zamorano al joven Castro, quien lanzó su disparo por encima del travesaño. Y así, en suspenso, se fueron al suplementario.
Apenas en el inicio del alargue, Necaxa sorpresivamente estuvo cerca del gol del campeonato, cuando Zague llevó el balón y aguantó hasta que el colombiano Carlos Gutiérrez llegó por el centro para disparar a la izquierda de Ríos, quien milagrosamente envió a tiro de esquina.
A los 10 minutos del primer tiempo extra, Zamorano envió el balón al fondo de las redes al conectar un tiro de esquina, pero Archundia invalidó la anotación por una falta del chileno sobre un defensa apagando, con un silbatazo, el grito efusivo del Azteca.
Pero ese grito, ese que ningún americanista gritaba desde hace 13 años, por fin se escuchó en Santa Ursula, cuando en el último minuto del primer periodo extra, Castillo prendió un cabezazo y metió le pelota en el arco de Navarro para conseguir el gol del ansiado título.
Sin nada más por demostrar en la cancha dos veces mundialista, los de Coapa y sus enardecidos fanáticos dieron rienda suelta al festejo por el campeonato, que incluso podría ser mayor en caso de seguir avanzando en la Libertadores.
27/05/02
Nota 1496