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El conjunto "merengue" venció 2-1 al Albacete en el Bernabéu.
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A+ A- Zinedine Zidane solucionó hoy uno de esos días grises que de vez en cuando aparecen en el Bernabéu y con su participación activa y modélica sacó al Real Madrid de un día oscuro, ante un rival firme, en una jornada donde las rotaciones de Carlos Queiroz hubieran sido polémicas de no haber firmado un resultado positivo.
Queiroz apeló por primera vez a los descansos. A un asunto, cuyo debate científico da cada vez más para una tesis doctoral. A Del Bosque el año pasado se le ocurrió un buen día dar oxígeno a los buenos y le corrieron a gorrazos en la prensa. Lo de cambiar y racionalizar el esfuerzo está muy bien para presumir los lunes ... si ganas. Si no, mejor no salir de casa.
Queiroz dio el día libre a dos cracks de inicio. Dejó a Helguera y Ronaldo, con muchos kilómetros ambos a la espalda tras una semana de selecciones, y dio el testigo a Borja y a Portillo. Los dos suplentes habituales tuvieron su oportunidad. Y desde luego, lejos están desde de los titulares. Borja, más nervioso de lo normal e impreciso, y Portillo, en cambio, luchador, aunque sin suerte arriba. Nada del otro mundo, en suma.
Suele ocurrir este año que los rivales del Madrid en el Bernabéu no se esconden. Lo del miedo escénico es más para los clubes europeos. Aquí, en la Liga española todo el mundo anda valiente. Sin complejos.
Cada fin de semana que juega el Madrid, salen al escaparate futbolistas nuevos, con buena pinta. Hoy fue por ejemplo el día de Parri. Venía con su cartel de lanzador de faltas y hoy ofreció su sello con una hermosa volea que sirvió al Albacete para empatar un encuentro que había comenzado ganando el Madrid con un soberbio tanto de Beckham.
César Ferrando, el técnico del Albacete, planteó un partido con un riesgo moderado. Viaud, el francés que hizo la mili con Zidane, se volvió a encontrar esta noche con su paisano. A Zidane marcarle bien es como tener suerte en una rifa. Zizou estuvo enorme, como casi siempre.
Hizo lo que pudo Viaud, eso sí, ayudado en la cobertura por Parri u Oscar, éste último desde el lateral derecho. En solidaridad, el Albacete estuvo sobresaliente. Y por eso se fue al descanso con un 1-1 que peleó sin desmayo.
El Real Madrid fue a menudo previsible.
Sin Roberto Carlos , Solari fue su sustituto. Sube menos el argentino. Con más cabeza y frialdad, Solari anduvo además más pendiente de Carlos Aranda, un chaval criado en la fábrica del Madrid, que hoy estuvo ansioso, con ganas de agradar y de demostrar al Bernabéu que él también pudo ser madridista. Solari llegó bien. Dos veces en el primer tramo y dos ocasiones. Una la mandó al palo con la derecha, su pierna mala.
No se encontró cómodo el Real Madrid. El Albacete, a la contra, armó buenos detalles, con Pacheco y Aranda ansiosos de ver cerca a Iker. Tras el descanso, Helguera cubrió el hueco de Pavón en el centro de la zaga. Y el Albacete se echó en brazos de Carlos Aranda. Con su perfil de pelo rapado, el número 14 del Albacete se echó a la espalda el equipo. Tuvo menos ayudas, así que buscó el uno contra uno, con potencia y rapidez, sus dos mejores argumentos futbolísticos, hasta que Ferrando le retiró del campo en medio de una buena ovación.
Queiroz tiró de Ronaldo. No estaba el partido ya para bromas ni para dar facilidades. Así que Portillo se fue a la ducha. Y el brasileño se desplazó a la izquierda, en teoría, la banda más floja del cuadro manchego. La última media hora fue ya unidireccional. Ahí ya mandó el equipo de Queiroz. El Madrid, con todo su arsenal, en busca de una victoria que se le resistía y el Albacete, pensando ya en la gesta de un empate con sabor a victoria. Defendió con orgullo el Albacete su heroicidad aplicándose en el juego aéreo con Unai y Pablo al frente.
Trabajó todo su ideario ofensivo el Real Madrid. Tocó y tocó en corto, en largo, con cambios de orientación de Beckham y Zidane, Ronaldo pisó el área hasta que llegó un 2-1 que estaba escrito en el ambiente.
Tenía que ser Zidane, sin duda el futbolista más entero del equipo de Queiroz. Zidane mandó a la red de cabeza un balón que se paseó por el área, y terminó con el sufrimiento del Bernabeú. Lo del axioma, semana de selecciones igual a angustia colectiva casi se cumple. Pero el libreto del Madrid es tan amplio, que cuando no es un crack, hay otro siempre con las pilas puestas. El de hoy fue Zidane.
23/11/03
Nota 15674