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`El Santo`, figura mítica
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A+ A- México .- El más genuino invento mexicano del cine de luchadores.
Rodolfo Guzmán Huerta , su verdadero nombre. Se cumple el vigésimo aniversario de su muerte, pero vive en el cielo de la memoria colectiva del pancracio y de la cinematografía nacional.
Figura mítica y leyenda del más genuino invento mexicano, el cine de luchadores,
Rodolfo Guzmán Huerta , el todavía añorado Santo, "El Enmascarado de Plata", llega a su vigésimo aniversario con la bendición de la remasterización digital en algunas de sus legendarias películas, que no sólo siguen siendo disfrutadas -, mediante- por generaciones de mexicanos nostálgicos y jóvenes, sino que tienen una gran demanda en el sur de Estados Unidos y España.
Aunque formalmente el no fue el protagonista de El Enmascarado de Plata (honor que le correspondió a su compadre, Cesáreo Manrique, "El Médico Asesino", que combatía -a manera de serial de episodios- contra el nefasto villano, "El Enmascarado de Plata", que bajo la máscara plateada con dos rayos negros ocultaba a ¡Enrique Llanes!), cinta que en 1952, junto con La bestia magnífica , El luchador fenómeno y Huracán Ramírez , marcaron el inicio del cine de luchadores, "El Santo", seis años después, inició su reinado y hegemonía en el cine a partir de 2 cintas filmadas en Cuba en: Santo contra el cerebro del mal (1958) y Santo contra los hombres infernales . Ambas de Joselito Rodríguez.
"El Santo" tuvo la suerte de llegar al cine, justo en un momento muy crítico para la industria. Fue figura clave y determinante en los años 60, en donde filmó 24 películas -algunas muy taquilleras y divertidas, a pesar de presupuestos paupérrimos y argumentos delirantes- encabezando el prototipo de justiciero enmascarado, siempre imitado, pero jamás igualado por nadie.
Sin embargo, su mayor virtud (razón por lo que fue muy querido en la industria), es que sus filmes le dieron empleo a muchos trabajadores del cine mexicano en aquella época.
Cinematográficamente hablando (aunque nuestros historiadores de cine lo traten peyorativamente) el Plateado tuvo un importancia relevante en el terreno del cine fantástico, volviéndose emblemática figura de culto a partir de la clásica Santo contra las mujeres vampiro , de
Alfonso Corona Blake (1962).
Su larga carrera en el celuloide lo llevó a combatir contra villanos del ring , poderes satánicos, hachas diabólicas, hombres lobos y lobas (de diferentes razas), hijos de Frankenstein y Drácula, marcianos, tigresas (Serrano), secuestradores, cazadores de cabezas, mafias, asesinos (incluidos los de la televisión y otros mundos) sabios locos, momias guanajuatenses (en relevos australianos con Blue Demon y Mil Máscaras), karatecas y hasta a investigar el misterio del triángulo de Las Bermudas.
La cúspide de sus aventuras -incluso según el mismo- la consigue en 1973, con Santo contra el Doctor Muerte , una coproducción hispana, que salvando presupuestos, era como una aventura de James Bond. Su figura y leyenda, rescatada en libros como Cine bizarro y El libro gordo de los súper héroes , y en el filme de Pepe Buil, La leyenda de una máscara (al margen de una parodia cruel, irónica y reivindicativa Adiós, adiós ídolo mío que pocos entendieron como homenaje), sigue vigente aún hoy con algunas de sus películas (desgraciadamente no las mejores), que ya están disponibles en DVD, hechos en Estados Unidos, donde su cine como en Beirut y la India, raya en el culto, al margen de un par de Santos nacionales: Santo y Blue Demon contra los monstruos y Santo en el Museo de Cera.
No acepten imitaciones: sólo hay un Santo (
Rodolfo Guzmán Huerta ) murió en 1984 y vive en el cielo de la memoria colectiva del pancracio y el cine de luchadores.
04/02/04
Nota 18464