|
También Orizaba y la región se prepara para "La Pasión"
|
A+ A- México .- Jim Caviezel dice que la trascendencia del filme de Gibson es su espiritualidad; se ha convertido en una de las producciones independientes más exitosas de la historia y en un gran fenómeno de mercadotecnia
El arte no siembra violencia y La pasión de Cristo también es arte, y en esos términos debe ser juzgada, considera el actor Jim Caviezel, quien tuvo la gran responsabilidad de personificar a Jesús en la cinta que mañana se estrena en México.
Luego de recibir una avalancha de ataques por su presunto antisemitismo y por la crudeza de sus imágenes, esta película dirigida, producida y coescrita por Mel Gibson llega a la cartelera convertida en una de las producciones independientes más exitosas y en un gran fenómeno de mercadotecnia.
Sin embargo, para Caviezel, la trascendencia del filme rodado en Italia es su espiritualidad, aunque para ello fue necesario incluir secuencias explícitas de las dolorosas últimas 12 horas de la vida de Cristo.
"No deseaba hacer un Cristo como el que aparece en los carteles que se cuelgan en la pared. Este papel me llenó de amor y de humanidad.
"No hay odio contra los judíos en la cinta, pero sí se muestran, con poesía, las atrocidades a las que fue sometido Jesús. Me gustaría que se viera esta cinta como a La Piedad , de Miguel Ángel: observando el dolor de Cristo y olvidando todo racismo o violencia", dijo en entrevista el actor, quien tenía 33 años cuando le ofrecieron el papel.
Recordó que en Matera, la ciudad donde filmaron las secuencias de la crucifixión, y donde se sometió a sesiones diarias de maquillaje de siete horas, el director le daba ánimos, haciéndole bromas.
"Mel nos ayudó incluso en la pronunciación en Latín y Arameo (idiomas en los que está hablado el filme). Hicimos reuniones espirituales, de cuestionamiento, pero también hubo sonrisas porque Mel me decía: `¡Piensa en Gandhi!` cuando me quejaba por los 75 kilos que pesaba la cruz."
La reciente visita de Caviezel al Papa no fue la primera.
"Cuando estaba estudiando el libreto me encontré con el Papa y hubo mucho humor. Le dije al Papa: `Creo que Jesús era italiano` y me contestó: `Quizá era polaco`, pero le respondí que, como muchos italianos, Jesús todavía vivía con su familia a los 30 y tantos años, siempre salía con sus amigos (sus discípulos) y su madre era el centro de su vida."
La rumana Maia Morgenstern, quien encarna a la Virgen María y es judía, explicó que también quiso escapar del cliché, y sólo reflejar el dolor que cualquier madre siente cuando ve morir a su hijo.
"Coincidí con Mel en que había que retratar a esa madre como un personaje muy vivo, con sentimientos distintos, sin centrarse en el aspecto divino: perdón, amor, dolor, pérdida de fe, porque no entiende lo que pasa, no puede confortar a su hijo."
Con familiares que sobrevivieron el Holocausto, Morgenstern consideró que, como judía, no le ofendió el enfoque de la cinta.
"Todo es cuestión de prejuicios. El guión es muy poético y filosófico."
19/03/04
Nota 19989