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Piden ayuda para gastos médicos, solo Martín Cabrera los ha apoyado.
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A+ A- Por; Gilberto Gómez M.
Orizaba, Ver. 18 de marzo -Postrada en una modesta cama individual; sin poder mover la mitad del cuerpo de la cintura hacia abajo a causa de las lesiones en la columna vertebral; con las huellas de haber llorado mucho tiempo; triste quiz á menos que la indignación que siente, la señora
Francisca Isela Camarillo ante la falta de apoyo por parte del taxista que originó su desgracia pide ayuda para salir adelante.
El pasado martes 9 del presente mes, alrededor de las 18 horas tras haber acudido a la escuela Francisco I. Madero del municipio de Río Blanco donde cursaba su educación primaria la niña
Laura Sofía Romero Camarillo y abordar la unidad número 194 de taxi del distrito de Orizaba para trasladarse a su domicilio en la unidad habitacional El Trébol en la zona limítrofe entre Orizaba e Ixtaczoquitlán, ocurrió la desgracia.
Sobre la autopista Veracruz-México tramo Orizaba-Puebla kilómetro 272+300, el conductor del vehículo perdió el control de la unidad que comenzó a dar varias vueltas sobre la cinta asfáltica y golpeando la barrera de protección.
Eso provocó la muerte instantánea de los niños
Luis Enrique Ramírez Camarillo de 5 años de edad y de
Laura Sofía Romero Camarillo de 9 años de edad, el primero hijo único de Isela Camarillo y la niña su sobrina. Además, el ama de casa sufrió lesiones diversas en el rostro, abdomen y piernas lo cual ocasionó la pérdida de movimiento en las extremidades inferiores.
De los gastos funerarios, de los gastos médicos, de la alimentación de la enferma, nadie se hizo cargo, el taxista Armando Dávila se desentendió de su responsabilidad; se encuentra detenido en el Centro de Readaptación Social en espera de la sentencia por homicidio imprudencial.
"Yo a la única persona que le agradezco su apoyo que ha sido desinteresado y hasta donde más se ha podido, es a
Martín Cabrera Zavaleta , el presidente de Orizaba que desde que se enteró de lo que pasó en mi familia, me ha brindado asesoría, me ha respaldado, no nos ha dejado morir solos. Pero del taxista, no he tenido nada, ni para un pañal".
En una visita a su humilde hogar,
Francisca Isela Camarillo de 23 años de edad, ama de casa, casada con
Luis Ramírez Gutiérrez de ocupación soldador, nos recibe postrada en su cama, con una sábana blanca que cubre sus piernas, recién intervenida quirúrgicamente de una lesión en el fémur de la pierna izquierda, en una habitación estrecha, son las manos entrelazadas y con la mirada vaga, vacía, mirando sin mirar.
Accede a dialogar, está lúcida, sabe perfectamente la situación por la que atraviesa pero mantiene la tranquilidad, no estalla en llanto como amenazan sus ojos; "Los recuerdos son todos, el dolor es mucho, perdí a mi hijo, a mi único hijo, al amor de mi vida, estoy destrozada" Fueron sus primeras palabras.
"No se vale que por una persona imprudente se pierden dos vidas inocentes. Yo necesito ayuda y nadie me ha respaldado, el taxista ni para un pañal me ha dado. No puedo caminar; estoy en tratamiento médico pero en el IMSS por el trabajo de mi esposo, de ellos no he tenido nada".
Ésta familia que vio destrozada su vida en tan solo unos minutos al abordar el taxi equivocado, ha subsistido gracias a la filantropía de algunos vecinos que le han llevado un poco de dinero, un poco de comida, lo necesario para no morir de hambre, no así de tristeza.
Desde lo más profundo de sus corazones desean que todo esto sea un sueño, pero no; al despertar por las mañanas se encuentran con el mismo panorama; en la casa ya no hay risas de su pequeño hijo; los juguetes están en su lugar cuando siempre era lo contrario; la hora acostumbrada para ir al jardín de niños María Cortínez de Ruiz es la más terrible pues ya no hay a quien llevar.
"Los niños iban contentos, iban jugando en el taxi, al momento del accidente los tomó de sorpresa; en ida esos niños fueron maravillosos; los más hermosos que he conocido".
Recordó que esa trágica tarde la unidad de alquiler era conducida a exceso de velocidad, sin precaución al tomar una curva volanteó mal, perdió el control del carro. Dieron varios giros sobre la carretera. Al detenerse el taxi todo fue confusión, los dolores a causa de los golpes no impidieron que la madre se acercara a los menores de edad que mostraban grandes cantidades de sangre por el cuerpo, estaban muertos.
Elevan una plegaria a Dios para que los niños que perdieron la vida en éste accidente descansen en paz; oran porque éste dolor pase rápido; exigen a las autoridades encargadas de la procuración de justicia que se castigue al responsable y no salga libre; agradecen a sus familiares que se han unido a la pena y a aquellas personas que se ha solidarizado como el alcalde de
Orizaba Martín Cabrera Zavaleta .
20/03/04
Nota 20000