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The Cranberries
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A+ A- Con dos conciertos en el Auditorio Nacional, The Cranberries mostrará el por qué es una de las bandas más propositivas en el universo del rock o hay quien al escuchar la potente y maleable voz de Dolores O´Riordan, la vocalista del grupo The Cranberries, no sea seducido por un pop atípico y sin clasificaciones del cual es fiel militante esta banda irlandesa.
Antes llamado Cranberry Saw Us, el grupo The Cranberries salió del ambiente underground de su país al momento de fichar a Dolores como cantante para entonces comerse el mundo a dentadas. La música compuesta por los hermanos Hogan y Fergal Lawler, necesitaba de una imagen, pero principalmente de una voz que pudiera aderezar con un estilo desenfadado esas orquestaciones que manufacturaban un pop sin género, sin identidad y sin referencias anteriores para poder clasificarlo.
Casi de la nada, The Cranberries se apresuró a conquistar los mercados extranjeros antes que el de su propio país. Muy por encima de las composiciones de los hermanos Lawler, fue la voz de Dolores la que le imprimió un sello de fácil identificación y configuró el derrotero estilístico de un grupo tan heterogéneo.
Su primera producción "Everybody else is doing so why can´t we?" (1993), apuntaló lo que sería una carretada de éxitos basados en una forma de componer y enfrentar al mundo musical bastante bizarra. Mientras la mayoría apostaba por el sonido duro y rasposo de lo que en ese momento dominaba el espectro y todo músico en ciernes buscaba tocar como Nirvana y demás entes grunge, The Cranberries apostó por un sonido suave y melódico, algo que, en efecto, parecía desaparecer en todo sentido en el mundo del rock.
Detrás de esa imagen no se encontraba un truco de mercadotecnia, sino una especie de anarquía musical que los alejaba del montón, todo ello basado en no prestar atención más que a lo que brotaba de sus inteligentes y muy creativas cabezas. Tres fueron los sencillos que adornaron este debut con grandeza: "Pretty", "I still do" y principalmente "Linger", a través de los cuales comenzaba a germinar ese canto frío y avasallador de la O´Riordan. "No need to argue" (1994), su segundo álbum, los llevó a explorar el mundo de la música celta. Es entonces que comienza a metamorfosearse una nueva cara para The Cranberries.
"Zombie" (basada en el fatídico atentado de Warrington), es uno de sus más rabiosos éxitos y con el que comienza a forjarse una identificación social con temas de política y justicia no sólo de Irlanda. Además del contenido lírico, el sonido "cranberry" cambia en algunos momentos del pop melódico a un rock fuerte y salvaje, apostando más por la desgarradora interpretación de Dolores que convierte la rola en un llamado a la cordura, tanto musical como ideológica.
Para 1996 con su tercera producción "To the faithfull departed", la banda deja la suavidad y se concentra en poetizar denuncias rompiendo con el pop tradicional con aderezos rudos para masificar en su música un rock decidido y casual. Una especie de punk con arreglos finos.
"Salvation", "Bosnia", "Free to decide" y "I just shot Lennon" fueron los sencillos que identificaron el nuevo rostro altruista y preocupado del grupo. Camaleónicos por naturaleza, para su cuarta placa entregan un compendio de canciones que varían tanto en sonido como en estética: "Bury the hatchet".
A veces melancólicos, a veces alegres y melódicos, The Cranberries juega con los sentimientos con engendros dispares como "Animal instinct" y "Just my imagination", rozando con esta última un olisqueo a la madurez completa en un cuadro de divinidades acústicas.
Girando por el mundo para regalar en vivo tanto su larga lista de éxitos como lo más representativo de "Wake up and smell the coffe", The Cranberries violará fronteras aztecas después de hipnotizar Miami, Puerto Rico y Atlanta, para partir de aquí a Las Vegas, San Francisco y Los Angeles.
No conformes con tener un plato nuevo en la calle, la banda se apresta para engendrar lo que será su sexta producción, la cual contendrá un sencillo que seguramente abrirá una ostra poco olvidada para la historia del mundo. "New York skyline", es una oda tangencial y ambigua que antepone la razón a los atentados sin sentidos palpables.
Otrora músicos solamente, ahora líderes de opinión en el mundo, The Cranberries es ya la segunda referencia importante de Irlanda, sólo tal vez después de U2. Los pupilos de O´Riordan significan el oasis en una generación de músicos sin preocupaciones que no van más allá de lo objetivo.
Provocativos, extravagantes y creativos hasta el hastío, los integrantes de esta banda son portavoces de por lo menos dos generaciones de jóvenes con hambre de buen rock.
01/07/02
Nota 2105