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El sacerdote Salomón Lemus Lemus, fuera de la ley, afirma el alcalde José de Jesús Betanzos.
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Juan Santos Carrera .
Río Blanco.-Hay historias de la vida real que superan los dramas de las telenovelas.
Hay situaciones de sufrimiento en el ser humano que se vuelven tan cotidianas, que para la gente es algo normal.
En México, las personas se espantan, indignan y lamentan, cuando a través de algún medio de comunicación se enteran del fallecimiento de un connacional en los estados unidos de Norteamérica, el salvajismo de la policía de migración es extremo.
Pero muchas veces desconocemos, que aquí, en México, hay casos similares, quizá peores, esto, golpes, robos, violaciones y asesinatos, miles de centroamericanos en su mayoría de Honduras y del Salvador, a diario se escuchan voces que claman justicia y respeto a sus garantías individuales.
Pero no, nadie les tiende la mano, le huyen como tuvieran algún tipo de virus incurable. Para ellos, son 45 días de travesía en su intento por lograr el anhelado sueño americano, tiempo en el cual pasan hambres, fríos, enfermedades.
Pero aún así, las mujeres no se dan por vencidas, continúan su camino en busca de un mejor futuro que ofrecer a sus hijos, solas, pero con un gran corazón que las mantiene de pie.
Como ellos mismos lo dijeron durante la entrevista con el reportero, solo tienen dos lugares que se han convertido en su refugió en el territorio nacional, uno en
San Luis Potosí y el otro en Río Blanco, donde gente de buenos sentimientos les tienden la mano.
En la Colonia Modelo, la parroquia de María Auxiliadora, donde el polémico cura conocido como el "Sacerdote Rebelde",
Salomón Lemus Lemus , ha convertido su parroquia en un verdadero campo de concentración, territorio donde ni la policía llamese municipal, estatal o de migración puede penetrar.
Se observan decenas de tendederos con ropa que han intentado lavar, colgados sobre las palmeras del patio de la casa de Dios. Duermen en tres salones de 10 metros por 8 metros, con algunos colchones, dos catres, veinte sillas y un pizarrón donde piden limpieza y orden; una cocinita improvisada en la entrada del templo, ahí comen todos juntos.
Por el atrio las mujeres toman el sol por las mañanas, los niños juegan pelota en el patio, los hombres descansan en el piso, mientras el sacerdote lee los periódicos locales, estatales y nacionales en su oficina.
Él,
Salomón Lemus Lemus , explicó que en éste lugar les permiten estar tres días y después les invitan a continuar con su camino, mientras, los alimentan, visten y curan en caso de llegar enfermos.
Pero no siempre es así, algunas personas, como en el albergue San Martín, ubicado en Orizaba, casi en la esquina de la sur 20, no les permiten el acceso si no pagan su respectiva cuota que es de 10 pesos por persona.
La policía se convierte para los migrantes en su principal verdugo después del hambre, si no les entregan su respectiva cuota, los deportan, es el caso de la policía estatal, de la industrial bancaria, de migración....
Eso no importa, los padres de familia se aventuran a éste peligroso viaje, donde también arrastran a sus hijos, niños de escasos dos años, que también buscan un futuro en el famoso sueño americano, apenas empiezan a vivir, la necesidad los obliga a encontrar un mejor modus vivendi, y se aventuran en la compañía de sus padres, dejan todo para alcanzar y ver un sueño hecho realidad, que tal vez no se cumpla, por las dificultades y los retos de los cuales atravesarán.
El "sacerdote rebelde"
Salomón Lemus Lemus , un cura que se a caracterizado por ser uno de los partidarios de la teología de la liberación, una de las corrientes recias al interior de la Iglesia Católica, tal y como lo hiciera en su momento otro de los partidarios de esta misma corriente Samuel Ruiz, quien fuera obispo de la Diócesis en San Cristóbal de las Casas Chiapas, principal impulsor de lo rebeles zapatistas en el sureste del país, reconoce que éste campo de concentración que él a creado en la parroquia María Auxiliadora en la colonia Modelo, es un arma de dos filos, porque representa problema de salud y de inseguridad para los habitantes de las colonias circunvecinas, el principal peligro, es el sida y el dengue.
Las familias que viven en las casas de los alrededores de la casa de Dios, se quejan, las mujeres son acosadas, jaloneadas, los jóvenes insultados, pero la policía municipal no interviene, se limitan a observar, el alcohol, las drogas, las riñas entre ellos mismos, son cosa de todos los días, algunos ya piensan en tomar medidas preventivas.
El propio alcalde de Río Blanco, José de
Jesús Betanzos Olguín , reconoce que la parroquia de María Auxiliadora es tierra de nadie, un lugar donde ellos tienen prohibido el acceso, y aunque asegura que es respetuoso de las Leyes eclesiásticas y humanas,
Salomón Lemus Lemus debe poner un alto a ésta situación, porque antes que nada, deben respetar las Leyes y ellos, están fuera de la Ley.
En realidad, Río Blanco tiene un territorio independiente, donde las Leyes son otras, donde la policía es inútil, pero un lugar donde miles de personas reciben apoyo en su larga travesía, las autoridades de migración lo han permitido, nadie a hecho nada, las voces de inconformidad por los riesgos que representa cada vez son más fuertes.
Entre los centroamericanos buenos también hay malos, delincuentes, enfermos, la única pregunta que queda en el aire; ¿Hasta cuando las corporaciones policiacas y el gobierno harán valer su autoridad para regular ésta situación?.
11/07/02
Nota 2320