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Portugal ya comienza a vivir la fiebre futbolera.
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A+ A- En Portugal, sede de la Eurocopa 2004, cuantos menos días quedan para el inicio del torneo, el 12 de junio, más banderas portuguesas ondean por doquier en las terrazas de las casas, en las ventanas de los taxis y en los locales públicos.
Poco habituados a esta exhibición de la bandera rojiverde, los portugueses se han lanzado a izar su símbolo nacional a petición del seleccionador nacional de futbol, el brasileño
Luiz Felipe Scolari .
Aunque pueda parecer irónico, fue el técnico quien por primera vez lanzó esta idea a la sociedad lusa, un hábito que es muy común y espontáneo en su tierra natal cada vez que los jugadores brasileños acuden a un Mundial de Futbol.
"Pongan las banderas por todo Portugal, como aquí", declaró Scolari en Obidos hace unos meses cuando vio las calles de esta ciudad céntrica repletas de banderas con las que los oriundos apoyaban a su equipo en la fase preparatoria para la Eurocopa.
Días después de este mensaje, varias empresas textiles comenzaron a fabricarlas y hasta el momento la demanda no ha decaído, según informa la revista lusa "VisÆo".
Los principales periódicos y revistas editados en el país ibérico contribuyen a la expansión del consejo de Scolari y regalan a sus lectores banderas portuguesas en los días previos a la inauguración del torneo.
No se trata de telas pequeñas, sino de lucidas banderas que, como en el caso de la entregada por el principal semanario luso, Expresso, mide 67 por 47 centímetros.
El gremio de los taxistas fue el primero en portar la bandera nacional, seguido, aunque tímidamente, por los conductores de automóviles particulares, mientras que en los hogares cada día que resta para la Eurocopa, más banderas ondean en las terrazas.
En las calles de la capital, los colores rojo y verde tiñen sobre todo los barrios más populares de Lisboa, mientras que las áreas urbanas de clases acomodadas hacen bastante menor ostentación del icono nacional.
Pero la tendencia es claramente ascendente, y a falta de dos jornadas para el primer partido, el inaugural disputado entre Grecia y Portugal el sábado próximo, las banderas están por todas partes, tanto en casas particulares como en locales públicos.
El Ministro de Defensa de Portugal y líder del conservador Partido Popular, Paulo Portas, siempre defendió muestras nacionalistas como ésta, pero nunca había conseguido un despertar patriótico como el logrado hoy por el técnico brasileño.
Si bien es cierto que la Eurocopa está omnipresente a lo largo y ancho de todo el país desde hace más de un año, se trata de una presencia publicitaria, a través de los numerosos anuncios que invaden las televisoras, la prensa y las calles lusas.
Ahora, los portugueses han puesto su marca de identidad propia, que sirve también de consigna para mostrar su apoyo a la selección, pese a las dudas que su juego ha dejado entre la afición, que, en su mayoría no cree en una victoria final de Portugal.
Afitrión del mayor espectáculo deportivo que acoge en su historia, Portugal se juega de puertas para afuera el prestigio internacional como país organizador, y dentro de casa la selección y el país entero ponen a prueba su autoestima.
El futbol fue uno de los remedios propuestos por el Presidente de la República, Jorge Sampaio, también grande aficionado y socio del Sporting de Lisboa, para luchar contra el pesimismo y la baja autoestima que afectan a la sociedad portuguesa.
Con motivo de la proclamación del norteño equipo luso de Oporto como Campeón de Europa de clubes, el 26 de mayo pasado, el mandatario declaró que "victorias como ésta contribuyen a levantar la autoestima de los portugueses".
Los 23 futbolistas de la selección nacional al mando del brasileño Scolari tienen como meta llegar al menos a las semifinales, lo más lejos que han llegado en las ediciones anteriores del torneo que se disputa cada cuatro años.
11/06/04
Nota 23204