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Ricardo La Volpe.
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A+ A- Cargada de ilusiones viajó hoy hacia tierras peruanas la Selección de México, con la mira puesta en lograr sus objetivos en la 41 Copa América, donde cumplirá su sexta participación.
En punto de las 12:25 horas despegó del aeropuerto internacional Adolfo L ópez Mateos de esta ciudad el avión propiedad del empresario Jorge Vergara, quien facilitó el transporte para que los integrantes del cuadro tricolor puedan llegar directo a Chiclayo.
Los jugadores del conjunto nacional salieron alrededor de las 9:35 de la mañana del Centro de Alto Rendimiento de la Federación Mexicana a bordo de un autobús, que fue "escoltado" por automóviles de diferentes medios de comunicación, que lo acompañaron en su trayecto hasta la terminal aérea a donde llegaron a las 11:35.
Una cuarto de hora antes llegó en su automóvil, acompañado por su esposa, el director técnico Ricardo Antonio La Volpe, quien fue solicitado por varias personas para firmarles sus playeras o poner su autógrafo en algunas hojas de papel.
El estratega llegó con calma y atendió a los medios de comunicación que así se lo solicitaron hasta en dos rondas y unos instantes después llegó el autobús con la selección.
En principio se dijo que los jugadores iban a bajar para pasar a la sala pero se montó un dispositivo de seguridad especial y el camión fue metido directamente a la pista del aeropuerto, a unos pasos del "omniavión".
Uno a uno los integrantes del Tri descendieron del primer transporte y subieron la escalinata para prepararse para un vuelo de ocho horas aproximadamente a Chiclayo, su sede en Perú.
El delantero Adolfo "Bofo" Bautista fue el primero en abordar un transporte que ya conoce, le siguió el arquero Moisés Muñoz y hacía el final en fila entraron Jesús Arellano, Héctor Altamirano y Jared Borgetti, quien se despedía por celular de sus seres queridos.
Salvador Carmona, quien sabe si por cábala o cual razón se negaba a subir a la aeronave y fue el último en entrar, a las 11:55 antes de que cerrara la puerta.
A las 12:06, luego de que los motores se encendieron, el avión tomó camino hacía la pista de despegue y todavía esperó varios minutos a que aterrizaran dos jets, antes de enfilarse hacia Sudamérica.
03/07/04
Nota 24118