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Quien sustituya a Enrique Hernández Olivares, no debe ser un dirigente hazmerreír.
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A+ A- Juan José Enríquez Ramírez .
Orizaba, Ver.- Tras la derrota del domingo, el
Partido Revolucionario Institucional -organismo político que tiene mayor estructura y capacidad de movilización, muy por encima del PAN, PRD, Convergencia, PT- deberá aplicar acciones urgentes para posicionarse de nueva cuenta y dar competencia en el 2006.
La jornada electoral del domingo fue sin duda, la elección más competida en la historia política veracruzana, pero ahora tienen que hacer conciencia sobre que fue lo que falló.
En Pluviosilla, el PRI carece de verdaderos cuadros competitivos y pese a las pasadas elecciones federales, la dirigencia jamás se preocupó por integrarlos.
Sus actores políticos han sido los de siempre. Caras de priístas nefastos que ya tuvieron sus oportunidades y que no dejan que gente nueva, con ganas de servir a su partido trabaje al interior del mismo. Algunos de esos flamantes priístas conocidos como "puercosaurios" no quieren entender que el pueblo nos los quiere, que los rechazan, porque ya no soportan sus actitudes estúpidas, y desean lideres verdaderos para el cambio legitimo.
Hoy, la tarea más urgente es recomponer lo que no funcionó, como los estrategas electorales. Los movilizadores. Los coordinadores electorales, hasta la misma dirigencia municipal. Pero para ello, no debe de haber ninguna imposición sino una elección transparente que defina a los verdaderos dirigentes, capaces de construir el "tricolor" que se necesita.
Quien sustituya a
Enrique Hernández Olivares , no debe ser un dirigente hazmerreír, ni ser producto del "dedazo" sino un líder surgido de la base, de un proceso transparente que ponga fin a esos vicios que decepcionan a la sociedad.
El nuevo dirigente, o encargado del PRI como siempre se expresó "Don"
Enrique Hernández Olivares deberá demostrar capacidad para coordinar esos cuadros tan necesarios que siempre han estado, pero que no los dejan trabajar por los celos de la vieja clase política se ha opuesto ante el temor de ser desplazada.
Deben de aceptar que el PRI que contendió este domingo es un partido caduco. Con vicios arcaicos. Con corruptelas. Con abuso de poder. Lleno de engaños. Deben reconocer que en el PRI jamás han fallado los estatutos. Ni los documentos. Ni los principios básicos, sino la aplicación de los mismos.
Se deben de acabar los "grillos" que solo hacen ruido, pero nunca aportan nada. Hay que eliminar a esos caciques que hacen del terror, la amenaza o el despojo el mejor instrumento para hacer política. Pero cuando no les dan lo que buscan amenazan con irse. Con renunciar al PRI, para irse de zalameros a otros partidos políticos.
En los siete municipios que conforman el distrito XV de Orizaba, quedo demostrado una vez más que no hay enemigo pequeño. Siempre hicieron a un lado a la sangre nueva, para imponer los viejos esquemas que tanto daño han causado y causaran si no se van del "tricolor".
Debe existir consenso. Los grandes priístas si aportaron mucho al PRI, pero han sido rebasados y ya no representan nada.
Hay que impulsar a los jóvenes, sin importar dañar los sentimientos de los caciques porque al igual que su etapa senil también se han oxidado los engranes de la maquinaria que alguna vez fue (y seguirá siendo, sin duda) el Revolucionario Institucional.
En los nuevos esquemas del PRI ya no encajan ni Eustacio Mendizábal ni
Martín Gaudencio Cabrera Zavaleta , ni
Enrique Hernández Olivares , ni el funesto y traidor número uno, Fidel Kuri, entre otros -aunque duela-, el PRI debe ser depurado.
Como dicen en las celdas de los Ceresos, a la reja con todo y chivas, a esos que apostaron a que el PRI estaría muerto, esos ingratos que apostaron todo en contra y que se dicen priístas de hueso colorado. Traicionaron a una gran familia, el PRI. Llevaron al triunfo a los de Convergencia, del PRD, del PAN.
Hay que lavar muy bien la ropa, quitarle toda esa escoria. Se debe enterrar a los muertos; hay que barrer bien la casa, sacar los cacharros, para que no nazcan más alimañas y hay que echarle mucho aceite de sangre joven a esa máquina para que siga adelante y no se detenga.
Se necesitan muchachos con capacidad, no bonitos, ni tampoco merolicos que solo hablan por hablar y terminan su discurso sin saber lo que dijeron. No. Deben ser jóvenes con ganas de servir a su partido el Revolucionario Institucional. Con ideales claros, con objetivos, no metas. Sin odios. Que no estén podridos. Que no estén en el PRI para mostrar el cobre como muchos. Sino que luchen para el pueblo.
07/09/04
Nota 26804