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Como en los cuentos había una vez un grillito cantor que se convirtió en hombre y ese es el
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A+ A- Orizaba, Ver..- Como en los cuentos había una vez un grillito cantor que se convirtió en hombre y ese es el genio musical más grande de la historia de nuestra querida Pluviosilla,
Francisco Gabilondo Soler que nació hace tiempo, el 6 de octubre de 1907: entre cerros, lluvia, bosques y manantiales. Sus padres fueron don Tiburcio Goya y doña
Emilia Soler Fernández . Tuvo tres hermanos, cuyos nombres fueron Augusto, Jorge y Eva.
Hoy sólo quedan recuerdos una estatua en la alameda, una fuente en un parquecito de la oriente 3, y las canciones infantiles que todavía escuchamos en la radio y la televisión.
La sensibilidad hacia el mundo de los niños fue una de las características que siempre le distinguió. Desde niño, demostró una inclinación muy fuerte hacia la música, de modo que aprendió a cantar, a tocar el piano y el violín. Muy joven partió hacia la Ciudad de México para abrirse camino en el terreno musical. Trabajó en varias estaciones de radio y en teatros pero no tuvo éxito. Comenzó a componer canciones con temas infantiles para una niña amiga suya que vivía en la misma casa de huéspedes que él y fue esta mortalidad la que lo llevó al éxito; pronto tuvo uno de los programas radiofónicos más escuchados en México.
Recordamos en la XEW aquella primera vez que le dieron la oportunidad y su melodiosa voz salió al aire para deleitar a chicos y grandes con canciones como: El Ratón Vaquero, la Muñeca Fea y otras.
Francisco Gabilondo Soler decidió volver a bautizarse cuando ya componía canciones dirigidas a los niños, y se puso Cri-cri en honor al canto de los grillos. Fue como si diera a conocer al mundo el grillito que en su interior parecía contarle historias que recogieron sus canciones. Los personajes vivían en los recuerdos de infancia de Francisco Gabilondo, y fue precisamente gracias a Cri-cri, "El Grillito Cantor", que la niñez mexicana descubrió esos personajes hasta entonces desconocidos.
Cri-Cri fue precursor de personajes populares creados para los niños y, debido a que su música gozó desde un principio de una gran difusión, son ya muchas las generaciones que crecieron escuchándola.
Sin embargo, no fue la música su única pasión, y si bien es cierto que es a través de sus canciones como lo conocemos hoy en día, también es necesario destacar que tenía habilidades para las matemáticas, la astronomía, la navegación y los deportes; fue además un viajero incansable.
La magnitud de su obra se manifiesta en la variedad de temas y personajes que habitan en sus canciones, ¿quién no ha escuchado alguna vez temas como Caminito de la escuela o Al perrito le duele la muela, por no mencionar La Patita.
Aunque se desconoce el número exacto de sus canciones, se calcula que éste asciende a doscientos.
Francisco Gabilondo Soler vivió en la época en que los mexicanos conocieron la radio como medio de difusión, y fue precisamente a través de ella que sus composiciones gozaron de un gran impulso; en 1934 comienza la transmisión de su programa radiofónico gracias al cual el país entero conoce las historias del Negrito Sandía, la Abuelita, el Che Araña y el Elefantito, a quien no le gusta la sopa.
Las canciones de El Grillito Cantor están llenas de ternura, aunque no faltaban las travesuras o los asuntos misteriosos que a los niños siempre interesan. Estos temas, vistos desde un punto de vista infantil vinieron a llenar un vacío de la música popular, puesto que -es necesario recordarlo- por aquellas épocas los únicos géneros que se escuchaban estaban destinados al público compuesto por adultos.
El trabajo de
Francisco Gabilondo Soler es impresionante y representa un gran legado musical para las generaciones actuales y futuras, desafortunadamente, y luego de una larga vida, el grillito cantor murió el 14 de Diciembre de 1990.
A través de su obra -que además ha sido en parte, traducida a otros idiomas- niños y adultos hemos conocido mundos donde los castillos son de caramelo y los juguetes cobran vida por la noche...
06/10/04
Nota 27963