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Medias Rojas de Boston venció 3-0 a Cardenales de San Luis y los barrió en cuatro juegos.
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A+ A- Boston ya puede morir tranquilo. Al fin hizo las paces con la historia, con sus traumas centenarios y de paso le echó la última palada al ataúd del "Bambino", al llevarse por limpia la Serie Mundial 2004.
Fue un desenlace soñado por Medias Rojas, que agregó dos capítulos insospechados a la historia de Grandes Ligas. Primero, regresó de un 0-3 ante el gran enemigo Yanquis de Nueva York en la Serie de Campeonato de la Liga Americana cuando estaba a tres outs de ser eliminado.
Y después, en el clásico de otoño, ante unos Cardenales de San Luis que alardeaban de su ofensiva, los patirrojos les recetaron otros cuatro en fila, esta noche por 3-0, para conseguir su primer título desde la ya lejana temporada de 1918.
Finalmente, la serpentina de Boston fue mucha pieza para los pájaros rojos. Al igual que Curt Schilling y Pedro Martínez, Derek Lowe se dio vuelo colgando ceros, hasta completar una labor de siete entradas en blanco, con tres hits, cuatro ponches y tres pasaportes.
Con el bat, el equipo de Terry Francona, que siempre estuvo en ventaja en toda la Serie Mundial, de nueva cuenta se puso adelante en el primer episodio, luego que Johnny Damon recibió a Jason Marquis con cuadrangular solitario por el bosque de la derecha.
Y en la tercera tanda, los Medias Rojas se dieron cuenta que no era un sueño, que, en efecto, podían ser campeones, al aumentar su ventaja a 3-0 con doblete de Trot Nixon a lo profundo del central, para que anotaran el dominicano David Ortiz y Jason Varitek.
Aunque en otras circunstancias un 3-0 no sería gran cosa, los Cardenales ya estaban liquidados, perdidos anímicamente y con una artillería completamente apagada, que sólo anotó una carrera en 18 entradas en su propia casa.
Inspirado como todos los patirrojos, Derek Lowe no mostró grietas en sus disparos. Nunca permitió que el público pesara en el Estadio Busch e hizo que esa precaria ventaja de 3-0 fuera un trecho inmenso, imposible de diluir.
Tras la ejemplar labor de Lowe, Bronson Arrojo y Alan Embree ingresaron para colaborar con el octavo cero, y Keith Foulke, aunque permitió un imparable en la novena, cerró la cortina y puso punto final a una postemporada memorable con su tercer rescate.
El dominicano Manny Ramírez, que se repuso a severos problemas a la defensiva en el jardín izquierdo, fue declarado
Juagador Más Valioso de la Serie Mundial 101, al concluir con .414 de porcentaje y un jonrón que fue clave para ganar el tercer partido.
Así concluyó una Serie Mundial que muchos aficionados de Medias Rojas soñaron y que nunca pudieron vivir. No sólo acabaron con los odiados Yanquis, sino también con esa odiosa maldición que los perseguía desde hace 86 años.
En cambio, San Luis perdió por limpia un clásico de otoño por primera vez dede 1928 y su sequía de campeonatos es ya considerable, pues el último cayó en 1982, mientras Boston, aunque tardó casi una eternidad, llegó a seis títulos.
Además, por tercer año consecutivo, un equipo comodín termina como monarca, luego de que Serafines de Anaheim (2002) y Marlines de la Florida (20034) hicieron lo propio las últimas dos campañas.
28/10/04
Nota 28871