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*** Diputados grises, indigna labor.
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Andrés Valencia HerediaVergonzante, esa es la palabra correcta. Es muy triste saberlo, pero mucho más observarlo. El desempeño de muchos de los diputados que integran la LX Legislatura del Estado es gris, ineficiente, mediocre y aunque dicen que mal de muchos consuelo de tontos, debo decir que este problema se padece sin distingo de siglas, en todas las fracciones legislativas y hasta en lo individual. Se esperaba mucho más del nuevo Congreso, sobre todo ahora que existe mayor equilibrio de fuerzas y que el PRI ha dejado de ser mayoría absoluta, pero la inexperiencia política, bajo perfil académico, indiferencia para cumplir con sus obligaciones y la ignorancia en materia legislativa son constantes en la currícula de muchos diputados. Estoy convencido de que no pocos de los hombres y mujeres que hoy ocupan una curul en el recinto de Encanto en la ciudad de Xalapa no tienen la más remota idea de las responsabilidades de un diputado, de las atribuciones del Poder Legislativo, pero y cómo exigirle eso si apuradamente saben leer, escribir y expresarse correctamente. He tenido la oportunidad de acudir a algunas de las comparecencia de los Secretarios de Despacho del Gabinete de Miguel Alemán, quienes han entrado y salido del Palacio Legislativo como Juan por su casa, no obstante que a muchos de ellos no les cuadran las cuentas y han sido severamente cuestionados por presuntos malos manejos. Claudia Beltrami, Julio Saldaña, Muricio Duck, Enreique Cabranis y otros tantos legisladores del PAN vociferaron en repetidas ocasiones que habrían de exigir cuentas claras a los funcionarios estatales antes de su partida, pero sinceramente hablan porque tienen boca, pues varios de ellos tienen record olímpico de ausencias. Cómo cumplirle al pueblo lo que le prometieron si literalmente les vale m…%$•&/=s su trabajo, que no chamba, como muchos de ellos equivocadamente entienden su labor legislativa y de gestoría. Porque su condición de damas les merece mi respeto me reservo sus nombres, pero hay algunas diputadas que visten, se comportan y se expresan como verdaderas chachas, sin ofender a las trabajadoras domésticas por compararlas con diputadas. Hablan con acento achilangado o de barriada y mascan chicle como lo que no son. Otros, en el caso de los hombres, llegan al recinto con botas, sombrero y casi hasta con el caballo. Pero la culpa no la tienen ellos, la culpa la tenemos los ciudadanos por elegir a personas de muy bajo perfil, de escasos estudios, sujetos busca chambas que piensan que el Congreso es una escuela de diputados donde echando a perder van a aprender. Por su puesto que hay sus excepciones, pero son contados, hay uno que otro egresado de prestigiosas Universidades privadas, pero sin experiencia en asuntos legislativos y para el caso es lo mismo. De aquí a que aprendan los procedimientos para proponer, discutir, aprobar y promulgar leyes ya se les habrán pasado uno o dos años, de ahí que sería conveniente en pensar alguna reforma a la Ley Orgánica del Poder Legislativo donde se establezca que para ser diputado se requiere, entre otras cosas, contar con título profesional expedido por alguna institución de educación superior como se exige actualmente a quienes aspiran a ser Secretario de Despacho. Desde este espacio me pronuncio por la dignificación del Poder Legislativo del Estado, que ni por equivocación debe ser comparada con escuela para iletrados.
25/11/04
Nota 29936