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Deleitó a miles de fans con temas de su nuevo disco y con clásicas que interpretaron en form
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A+ A- México; DF .- Potente y venenoso regresó Scorpions a México, y ofreció un concierto ante 10 mil víctimas que recibieron con gusto el ataque de su aguijón de rock duro.
La noche del martes pasado, la banda alemana se presentó en el Auditorio Nacional y el pretexto fue Unbreakable , su nuevo disco, pero en su reencuentro con su fanaticada mexicana no dejó escapar la oportunidad de recordar muchos de sus clásicos.
Carismáticos y habilidosos, el grupo logró conectar con la gente desde que salió al escenario y durante dos horas nunca bajó la guardia.
Fue precisamente con "New generation" y "Love`em or leave`em", los cortes que abren su nuevo material, con los que el quinteto dio inicio al concierto.
No obstante, de entre la lista de 19 canciones regresaron pronto al pasado con "Bad boys" y "The zoo".
Ya desde entonces quedó patente que Matthias Jabs y Rudolf Schenker no han perdido su toque en la guitarra, y que el vocalista Klaus Meine conserva la calidez en la garganta con la que ha encabezado la banda desde hace más de 30 años.
Siete años pasaron desde la anterior visita de los escorpiones, pero la emoción por verlos de nuevo se constató también cuando se escucharon en formato acústico temas como "Always somewhere" y "Holiday", acompañadas por las palmas de la multitud.
"Casi es el fin de la gira de este año y estamos por ir a descansar a casa, pero es muy agradable volver a México", dijo Meine, antes de contrastar la balada "You & I" con la euforia de "Loving you sunday" y de regalar a sus fans baquetas al por mayor.
Con el polaco Pawel Maciwoda en el bajo y el estadounidense James Kottak en la batería, Scorpions logró uno de los momentos más intensos del show con "No one like you", que evidentemente esperaba la gente.
Luego llegó la hora de ver la pericia de Kottak en los tambores, con un solo que derrochó poder.
Tampoco faltaron "Blackout" ni "Big city nights", con la que parecía que el quinteto se despedía, pero todo quedó en una pausa para volver con "Still loving you", otra infaltable, y "Wind of change", el emblema sonoro de la caída del muro de Berlín, que fue ambientada con los encendedores de rigor.
El veneno ya había hecho efecto, la dosis de hard rock había sido inoculada de manera profunda y ya no había modo de que los 10 mil asistentes se curaran.
Pero lo curioso es que nadie presentó síntomas de muerte sino, por el contrario, signos de revitalización que se incrementaron con "Smoke is going down", la canción con la que Scorpions se despidió definitivamente a pesar de las peticiones para que el "piquete" fuera mayor.
Con un "¡feliz Navidad!" y algunos autógrafos a los fans más cercanos al escenario fue como el quinteto puso punto final a su tercera visita en gira a México.
09/12/04
Nota 30642