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La necesidad les obliga a pasar su Navidad a la intemperie.
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Juan Santos Carrera .
Orizaba, Ver. - Como cada año, a finales de la primera quincena de diciembre una gran cantidad de humildes indígenas provenientes de Soledad Atzompa han inundado ya las aceras de la avenida principal de Orizaba y cercanías de iglesias y parroquias, para vender pequeños montones de pascle para nacimiento y de esa forma conseguir dinero para pasar la Navidad con sus familias.
Durante un recorrido realizado por la poniente 7 y oriente 6, avenida principal de ésta ciudad, se contabilizaron por lo menos 40 indígenas de sexo femenino que se encuentran trabajando por la mañana, tarde y noche; sin importar los fuertes fríos y la pertinaz lluvia.
Pero además, lo hacen acompañadas de por lo menos uno de sus hijos que en casos alcanzan hasta 5 por madre de familia, lo que en promedio arroja que son cerca de 200 indígenas de la sierra que viven, temporalmente, en las calles de Orizaba.
Durante el recorrido, ninguna de las mujeres de la sierra quiso hablar ante cámara o grabadora pues les da "re te harta pena", solo Juana Tepole de 18 años, proveniente de Soledad Atzompa al igual que las demás mujeres, acompañada de sus tres hijos y su esposo que no tiene trabajo pues le fue mal en la siembra y cosecha por los fenómenos climatológicos dijo que como cada año se vienen para la ciudad a juntar "una lanita y a pasar la Navidad".
Comentó que allá, de donde vienen; la mayoría aunque tienen su tierras ya se acostumbraron a salir cada diciembre a trabajar y que sus hijos conozcan la Navidad, "Para que los menores vean las lucecitas de los árboles y los adornos navideños, además de recibir algún juguete nuevo o usado que les regalan las personas de la ciudad"
Y es que a diferencia de nosotros, la Navidad para estas personas es venir a trabajar, dormir a la intemperie y estar a la voluntad de la gente que el mero 24 de diciembre les lleva obsequios, ropa usada, juguetes viejos y hasta su ponche caliente o cafecito y una torta.
Para esta gente no hay mas celebración, ni gran cena, mas que el estar juntos durmiendo en la calle con la esperanza de que cada año alguien les tienda la mano, pues aunque vienen a vender su pascle también señalan hay quienes aun les regatean el precio y les quieren dar menos de 5 pesos por su producto.
16/12/04
Nota 30791