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++ En Texmola piden cobertores, porque nadie les ha ofrecido ayuda.
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A+ A- ++ La vida transcurre normal entre las personas de éstos lugares.
Por;
Juan Santos Carrera .
Texmola, Ver.- El escenario en las faldas del volcán Pico de Orizaba es imponente. La montaña luce blanca por la nieve. La niebla impide la visibilidad a más de 15 o 20 metros de distancia. Se trata del inicio de una temporada invernal que parece indicar, será una de las más crudas de los años recientes.
Los reporteros de éste medio de comunicación se dieron cita en Texmola, uno de los municipios cercanos a las faldas del Volcán Pico de Orizaba. Un lugar donde la naturaleza, el aire puro y el aroma del campo se respiran por doquier.
La entrada del frente frío número 20 ha provocado descensos de temperatura que han colocado el termómetro hasta los 5 grados bajo cero. No a 8 y 10 como algunas personas lo han manejado de manera extraoficial.
Aún con ese frío congelante que cala los huesos y vuelve torpe el movimiento de los dedos de las manos, la gente que habita en las comunidades cercanas a las faldas del Pico de Orizaba no puede dejar de trabajar el campo.
Entre la niebla; en la cúspide de los cerros, apoyados por mulas y bueyes, los hombres y sus hijos aran la tierra. La preparan para la próxima siembra de maíz. De papa y de Flor.
Para ésta gente, los fríos no son impedimento para hacer las labores diarias. Aunque las bajas temperaturas lo hacen más difícil y es que sin ropa de abrigo, con los zapatos rotos y ropa deslavada, es difícil cubrirse de los fríos.
Por las mañanas, el pasto se vuelve blanco, producto de las constantes heladas que se dejan sentir por las madrugadas, no nevadas. El agua de los estanques amanece con una ligera capa de hielo. Los techos con pedazos de agua cristalizada.
José Rivera, habitante de la comunidad de Texmola, trabajador del campo como la mayoría de las personas de ésta comunidad, municipio de Mariano Escobedo, reconoce que en éste lugar, como muchos más, los estragos por el frío comienzan a sentirse; el pasto se ha secado; los niños y los ancianos padecen de enfermedades respiratorias y esperan, que alguien les apoye, porque para éste momento, ninguna autoridad se les ha acercado.
Afirma, que ante el cambio de autoridades municipales, nadie les tiende la mano; anhelan recibir cobertores, colchonetas y de ser posible, algunos suéteres para sus hijos. Además que no tienen medicinas para la gripe y la tos que ha afectado al menos a la mitad de la población de Texmola, Pilancón y Cieneguilla.
En éstas comunidades los fogones sirven de poco. Y es que las casitas están construidas a base de madera, láminas de cartón y algunas de zinc; la mayoría, con piso de cemento. Allí es donde juegan los niños, donde cocina la esposa y donde descansa el padre de familia; entre las rendijas de cada tabla el frío entra y deja sentir toda su fuerza.
Aquí los cobertores no cubren de los intensos fríos y se teme que los menores de edad, con altos grados de desnutrición, no soporten tales descensos de temperatura, otro sector vulnerable son los ancianos.
17/12/04
Nota 30846