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El mal del siglo
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A+ A- La discriminación que afrontan las personas que tienen Sida o son portadoras del virus del VIH, incluso de sus mismos familiares es grave, ya que esto los marca y hace mucho más difícil y lenta su recuperación, ya que la mayoría de ellas caen en graves depresiones que disminuyen sus defensas y con ello, la muerte, aseveró María de la
Cruz Jaimes García , presidenta del
Colectivo Feminista Cihuatlahtolli .
Mencionó que es necesario que las organizaciones civiles que trabajan con estos enfermos, tienen que hacer un gran esfuerzo por fomentar entre la población e incluso entre los mismos familiares de los infectados, una cultura de no exclusión.
"Hace falta mucho por hacer, desde la detección de los casos, en el trabajo de consejería para que los pacientes reciban la atención, para que estén dispuestos a someterse al tratamiento, hay mucha gente que no acepta todo esto, se cierra al diagnóstico y con ello hace que sea más difícil que reciban atención", dijo.
Señaló que a pesar de que el VIH-Sida es una enfermedad que tarde o temprano termina con la vida de quien la padece, investigaciones recientes demuestran que la inclusión y participación de estas personas en las actividades cotidianas, así como laborales, hace que se alargue su tiempo de vida y mejore la calidad de la misma, "de ahí la importancia de evitar el rechazo".
Por último, Jaimes García agregó que otro aspecto en el que se tiene que trabajar arduamente es el de la detección de la enfermedad; actualmente apuntó, la Jurisdicción Sanitaria cuenta con una prueba rápida que tiene un 98 por ciento de eficacia, lo que permite a la persona saber si es o no, portador del virus, para que en caso de ser positivo el resultado, reciba de manera oportuna el tratamiento.
24/12/04
Nota 31057