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Mensaje de los obispos de la región del golfo para la cuaresma y pascua del 2005.
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A+ A- Orizaba, Ver.- Los Obispos de la Región Golfo, enviaron su mensaje para los Veracruzanos en ésta temporada de Semana Santa, periodo comúnmente utilizada por la mayoría, para vacacionar; en él, piden hacer oración por los constantes accidentes de PEMEX y las próximas elecciones del 2006, entre otras.
"Como cada año, los obispos de la Región Pastoral del Golfo, nos dirigimos a todo el pueblo católico y a los hombres de buena voluntad para dar un mensaje que nos haga reflexionar este tiempo de cuaresma y vivir con autenticidad nuestra pascua, especialmente en este año internacional de la Eucaristía".
"En esta ocasión queremos recordar que la Cuaresma no puede entenderse sino como camino hacia la Pascua. Usualmente las personas se identifican bien con el Cristo crucificado, pero luego disminuye su vivencia al contemplar a Cristo Resucitado. A veces se hacen esfuerzos y se pone gran atención al tiempo penitencial de cuaresma, pero luego se olvida de celebrar en plenitud el tiempo pascual".
"En la próxima Semana Santa celebraremos el centro de nuestra fe cristiana, es decir el Misterio Pascual de nuestro Señor Jesucristo. Su Paso que inició ciertamente desde su Encarnación, pero que tuvo su punto culminante en su Pasión, Muerte y Resurrección, y que además se sella y completa con la donación del Espíritu Santo a todos los creyentes"
"Ahora bien, cuando nosotros celebramos la Pascua también pasamos, de una manera sacramental, de la muerte a la vida, de la mentira a la verdad, de la esclavitud del pecado a la libertad de los hijos de Dios, de una vida de tinieblas a una vida de luz, de la condición de Adán, el hombre viejo, a la condición de Cristo, el Hombre nuevo e Hijo de Dios".
"Para llegar a celebrar con mucho provecho la fiesta de la Pascua necesitamos una preparación espiritual. Por ello, la Iglesia, contemplando a Jesús que ayunó cuarenta días y cuarenta noches, instituyó un tiempo de preparación a la Pascua también de cuarenta días"
"Después de su ayuno y oración en el desierto, el Señor Jesús vivió todo su ministerio orientado hacia su Muerte y Resurrección, es decir hacia su Pascua o lo que él llamaba "su hora" (cf. Jn 2, 4; 17, 1). De la misma manera toda nuestra cuaresma está orientada hacia la Pascua: es decir hacia la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte en nosotros que creemos en Él".
"En cada cuaresma, tenemos la oportunidad y la gracia de Dios para reiniciar un proceso de conversión, expresado en actos y signos de penitencia y renovación espiritual. Se trata de la conversión moral en la lucha contra el pecado. El cristiano debe estar en un proceso continuo y permanente de conversión, para poder responder a su vocación a la santidad, aprovechando el tiempo oportuno que, como dice San Pablo, "este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación" (2 Co 6, 2)"
"Por el ayuno, la oración y la limosna (Mt 6, 1-18) se expresa nuestra conversión, que debe tender a la vivencia de la justicia y la caridad, como dice el profeta: "el ayuno que yo quiero es éste: que sueltes las cadenas injustas, que desates las correas del yugo, que dejes libres a los oprimidos, que acabes con todas las opresiones, que compartas tu pan con el hambriento, que hospedes a los pobres sin techo, que proporciones ropas al desnudo y que no te desentiendas de tus semejantes" (Is 58, 6-7)"
"La cuaresma también nos llama en la Iglesia a una conversión pastoral para responder a las exigencias de la nueva evangelización en nuestro mundo. En los planes de pastoral de cada diócesis debe aparecer de alguna manera esta renovación en el testimonio de los sacerdotes, religiosos y laicos, sin caer en un activismo: se trata más bien de intensificar la conversión de todos, comenzando con los que estamos al frente de las comunidades cristianas"
"La conversión de esta cuaresma debe además incidir en la realidad social, especialmente en nuestra región, con sus pecados sociales, sus problemas y sus retos, que a todos nos preocupan. Basta repasar lo que los medios de comunicación nos reportan: la situación de los cañeros que viven cierta incertidumbre por los cambios a las leyes de esta industria, de cara a la apertura comercial del TLC; la deuda del Estado que suscita confusión y reclama aclaraciones; los accidentes en el campo petrolero que han afectado nuestra seguridad y la ecología; los bajos precios de los productos del campo; el drama de la migración; y a nivel nacional, la situación de una obligada militarización para recuperar la seguridad y el orden en las cárceles; igualmente el ruido mediático que ya producen las contiendas que preparan la sucesión del 2006"
"El cambio de la mente y el corazón se debe manifestar en la búsqueda de la justicia, la honestidad, sobre todo de nosotros los católicos, y de cuantos estamos inmersos en estas realidades. Se debe reflejar en ser cada vez más responsables, dando testimonio firme y valeroso de nuestra fe y de nuestro amor, para con todos, especialmente los más desprotegidos"
"De esta manera podremos ser protagonistas de una transformación y de un futuro cargado de esperanza. Los cristianos al unirnos al Misterio Pascual, vamos como completando lo que falta en nosotros a la Pasión de Cristo (Col 1, 24), para que pueda aparecer un nuevo amanecer de luz y resurrección"
"Queridos hermanos, nosotros los pastores y obispos nos unimos a todos ustedes en este camino de conversión para poder celebrar con renovada alegría la Pascua del Señor, animados con el ejemplo y la intercesión maternal de María Santísima, quien se asoció a su Hijo en su Pasión y Muerte, e igualmente experimentó con plenitud el gozo de su Resurrección. Con estos sentimientos, les hacemos llegar nuestra bendición pastoral".
07/03/05
Nota 33302