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México Requiere de Un Estado que Impulse la Economía Nacional en el Extranjero.
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A+ A- Por;
Malú Sánchez Pozos .
Participación del Senador de la
República Enrique Jackson Ramírez en Hermosillo Sonora, durante el
Foro Política Exterior ; Soy un convencido de que hay que rescatar a la diplomacia como aliada para el desarrollo de los mexicanos. Que lo hagan bien allá afuera, para que nos vaya bien acá adentro.
Para lograrlo, la política exterior mexicana se debe conducir en diez grandes líneas.
1.- La defensa del interés nacional. No podemos ignorar que las potencias económicas mundiales también buscan ampliar sus mercados, defender sus empleos, imponer sus criterios, hacer crecer sus economías y que defienden con toda energía sus propios intereses. Somos socios y competidores a la vez.
En esta relación no hay tregua. Lo que importa es nuestra habilidad y nuestra capacidad para defender el interés de los mexicanos.
2.- Los principios son nuestra base. Hay que recuperar, basado en los principios, el prestigio y la dignidad de la diplomacia mexicana. La política exterior mexicana, fundada sobre principios, significa el principal elemento de cohesión interna.
Los principios representan el arma más efectiva para alcanzar una relación de respeto a nuestras posiciones, y también nos permiten establecer relaciones de igualdad con países de mayor desarrollo que nosotros.
3.- Primero los nuestros. Dos de cada diez mexicanos viven en Estados Unidos. El Estado mexicano tiene la obligación moral de que no se vayan más; con los que ya están allá, tenemos la obligación de brindarles garantías. y seguridad, que se respeten sus derechos, que se puedan reunificar las familias, y que se ganen honestamente la vida, sin temor alguno.
En este tema, no hay concesión, ni descanso del gobierno mexicano.
4.- La globalización como oportunidad para el progreso. Hay que subirnos al mundo de la globalización para tener más capacidad de reducir la desigualdad y de combatir la pobreza.
Para eso necesitamos un Estado que, apoyado en la diplomacia, se empeñe en que el mercado y los tratados comerciales lleven sus beneficios a los hogares de los mexicanos. Un Estado que, conforme a la política exterior, sea eficaz para vincular el gobierno, el mercado, el crecimiento, el progreso y la justicia.
5.- La frontera, símbolo de la integridad nacional. Nuestras fronteras son únicas en el mundo. Son grandes, complejas y dispares. En el norte, en el sur, hay mucho por hacer para que las fronteras sean el retrato de un México moderno, justo, digno; para que las fronteras sean puertas al trato decoroso, al tráfico ágil de personas y mercancías; que sean territorios seguros, libres de actividades criminales que afecten la convivencia y nuestra economía.
6.- La cooperación para la seguridad nacional y regional. Esta cooperación nos debe unir en nuestra vocación por la paz, el rechazo al terrorismo, y también nos debe unir en el desacuerdo contra los poderosos que impongan por la fuerza. La cooperación es para contener el peligro que significan el tráfico dedrogas, de personas y de armas. La cooperación es para vencer la nueva amenaza de fenómenos criminales como el que circula actualmente por el continente, el de los llamados maras.
La cooperación para la seguridad es para vencer a estas fuerzas violentas que ya ponen en riesgo la estabilidad y la gobernabilidad de varias naciones.
7.- La estratégica relación bilateral con Estados Unidos. Con nuestros vecinos, socios y amigos, nunca ha sido fácil la relación, pero hay que trabajar con ellos para reducir las asimetrías y mejorar los niveles de entendimiento, en una relación de respeto, no de subordinación; de cooperación, para diversificar el flujo comercial, para eliminar trabas a nuestros productos, para que fluya la inversión, para atender la larga lista de asuntos de la agenda común.
Compartimos el sentimiento y la preocupación de los norteamericanos por su seguridad, los entendemos. En nosotros, van a encontrar apoyo, solidaridad, cooperación, presencia. De ellos, demandamos respeto a nuestros derechos, exigimos que eviten abusos y la aplicación de medidas unilaterales que lastimen la dignidad de los mexicanos.
8.- La unidad por la fortaleza de la región de América del Norte. La defensa ante otros grupos es concebirnos como región, es sumar fuerzas en asuntos que las tres naciones compartimos; es empatar políticas comerciales para ganar todos en competitividad como región; es crear fondos trinacionales para el desarrollo de las zonas más pobres; es convenir un comercio agrícola menos desventajoso para los mexicanos; es construir entre todos una región menos desigual.
9.- Nuestra relación con el mundo. América Central y el Caribe merecen un capítulo especial. Tenemos que voltear los ojos hacia América Latina, venimos del mismo lugar, tenemos retos sociales y económicos similares, hay que vernos como aliados. La suma de nuestras fuerzas le va a dar más valor a nuestra voz en el mundo. Con Asia, con el Oriente, con el Pacífico, tenemos que encontrar la relación que nos lleve a esos miles de millones de consumidores. Con Europa, el Viejo Continente es todavía un terreno virgen para nuestra capacidad productiva y es, además, un ancho camino para el intercambio educativo, para las inversiones y para el acceso a las tecnologías, que es tan indispensable para nuestro desarrollo.
10.- Una política exterior de Estado. La política exterior debe ser una herramienta al servicio de las mejores causas de México.
En los organismos internacionales, México siempre debe estar al lado de los valores universales, de la convivencia pacífica entre las naciones. En el ámbito nacional, necesitamos revalorar la capacidad, la lealtad y la entrega de los diplomáticos del
Servicio Exterior Mexicano . La política exterior de Estado, no la del gobierno en turno, es la que está activa en todos los foros, en todos los temas, buscando siempre el bien y el futuro de la nación.
Señoras y señores:
El reto de la política exterior, la eficacia diplomática es generar condiciones más favorables para la solución de nuestros rezagos, para dar respuesta a nuestras necesidades, para poner en más manos oportunidades de bienestar y de progreso.
El reto de la diplomacia mexicana es hacer compatible la armonía en nuestras relaciones internacionales con la defensa del interés nacional.
07/07/05
Nota 36381