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• “A mi nadie me da ordenes, ni el alcalde” afirma Luis Javier Domínguez Sánchez.
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A+ A- • El Cordobés ha provocado con malos tratos, el malestar de proveedores de la administración.
Por; Juan H. Santos.
Orizaba, Ver.- Nadie lo ha podido hacer cambiar en su forma de trabajo. Formado en las filas del
Partido Acción Nacional de Córdoba de donde proviene, y de donde dejó algunos rubros poco transparentes en la administración de
Edgar Hugo Fernández Bernal , tal como el alcalde
Francisco Portilla Bonilla lo ha mencionado,
Luis Javier Domínguez Sánchez , tesorero de la comuna Orizabeña, ha convertido a éste departamento en el peor enemigo de los prestadores de servicios y proveedores del ayuntamiento.
En entrevista, empresarios de diversos giros revelaron, que ya han planteado esa situación al alcalde
Emilio Stadelmann López , pero nada cambia; exponen, que Domínguez Sánchez ha sido trastornado por el poder.
Con aires de sangre real. Casi intocable. El encargado del manejo de las finanzas del ayuntamiento de Orizaba se ha encargado de poner una barrea con quienes proveen a la administración de servicios y material para el desarrollo de las actividades de la comuna, a quienes incluso, atiende cuando su humor lo permite.
Con retraso premeditado, los cheques de pago a las facturas de los proveedores son entregados hasta con una o dos semanas de retraso, eso provoca malestar e indignación entre los comerciantes, empresarios y profesionistas.
Luis Javier Domínguez Sánchez ha dejado en claro a quienes se quejan, que el manda. Ni siquiera el alcalde, porque su firma es la que vale. Las recomendaciones que recibe, entran por un oído, pero tardan menos en salir por el otro.
"A mi nadie me manda, ni el alcalde" refutó Domínguez Sánchez aun pequeño empresario que pidió anonimato para evitar represalias.
Aprovechando la buena voluntad del médico
Emilio Stadelmann López quien lo sacó del desempleo en el que quedó al terminar la administración 2001-2004 en Córdoba donde fungió como tesorero, Domínguez Sánchez, el Cordobés, ha comenzado a cambiar de forma notoria su forma de vida.
No llegó desamparado a Orizaba. Pero ahora puede darse gustos y lujos que antes no. Incluso su trato con la gente se ha tornado déspota. Rispido y en ocasiones hasta grosero; convirtiendo la tesorería en el segundo poder tras el trono.
Y mientras el alcalde se dedica a gestionar obras, a iniciar rehabilitación de las vías de comunicación y buscar la mejora de los servicios públicos, el hombrecillo encargado de la tesorería se ha dedicado a poner en contra, a los proveedores quienes han advertido y no en vano, que de seguir ésta situación, podrían dejar sin sus servicios al ayuntamiento, generando con ello, un virtual caos al interior de la administración, pues son de todos los giros quienes están molestos con el trato que reciben, pues exponen que; "No somos sus limosneros. No le venimos a pedir regalado"
14/08/05
Nota 37265