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Un ‘Río’ de millón y medio de personas aclama a los Stones.
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A+ A- Un derroche de energía y música, desbordando la euforia de casi un millón y medio de espectadores, se vivió la noche del sábado en las playas de Copacabana con el megaconcierto gratuito de la banda británica
The Rolling Stones .
El mayor concierto de la legendaria agrupación en sus 43 años de carrera artística quedará registrado en un DVD y en imágenes para una película-documental de la agrupación británica.
El millón 300 mil espectadores, calculados en el reporte oficial del Cuerpo de Bomberos, sin embargo, siguen quedando por debajo de las tres millones y medio de personas que asistieron al mismo lugar en 1994 para un concierto del escocés Rod Steward.
El concierto gratuito, patrocinado por la alcaldía como parte de las festividades de verano y carnaval, comenzó con apenas cinco minutos de retraso y fue transmitido durante sus dos horas en señal abierta de televisión por el canal TV Globo para todo el país.
El montaje contó con un túnel aéreo para el desplazamiento de los artistas desde sus suites hasta la propia tarima, ubicada frente al
Hotel Copacabana Palace , además de una pasarela hidráulica para llevarlos a un segundo escenario en la parte de atrás del público.
La presentación, que forma parte del tour mundial Bigger Band que finalizará en agosto, estuvo precedida de un variado repertorio musical a cargo de la banda de rock brasileña Titás, la música electrónica de DJ Marcelo y el ritmo caribeño del grupo Afro Reagge.
SE DESATA LA EUFORIA
Cerca de las 10:00 de la noche (01:00 GMT del domingo) las luces y las pantallas gigantes se apagaron para que con un destello azul apareciera la banda, con un Mick Jagger luciendo camiseta y sus ceñidos pantalones negros.
El clásico "Jumpin´ Jack Flash" fue el tema encargado de abrir el concierto y para la segunda canción, "It´s only rock and roll", Jagger lanzó algunas frases en portugués, el idioma natal de Lucas, su hijo brasileño de siete años.
"Hola Río. Hay gente de Sao Paulo, ehhh, de Bahía, de Porto Alegre, de Río de Janeiro, ¨ustedes son fanáticos?... Copacabana, esta es la mejor fiesta del mundo", señaló Jagger.
En medio del espectáculo, en uno de los intervalos, Jagger saludó a sus fanáticos que seguían la transmisión por señal internacional en Estados Unidos y México, países que pronto visitará la banda.
En un show tranquilo, a pesar de la cantidad de personas y a la energía que los artistas impregnaron en el público, Jagger se despidió abriendo su camisa y dejando ver una camiseta blanca con la bandera de Brasil y la inscripción "Río de Janeiro".
Para satisfacer al público de los costados y de la parte de atrás, Jagger se desplazó varias veces por una pasarela hidráulica hasta una plataforma alternativa ubicada al lado contrario del escenario principal.
En "Miss you", los artistas hicieron un trenecito por la pasarela y Jagger posó para que lo fotografiaran, mientras que en "Happy", cantada por Key Richards, su colega Ron Wood, el "niño" del grupo con 58 años, se sentó en el piso para tocar.
El guitarrista Richards, con vestido bordado de dorado, tuvo su momento especial de la noche cuando cantó "This place is empty" y al final del tema escuchó del público los gritos, comunes en el ambiente futbolero, de "olé, olé, olé, olé, olé, Richard, Richard".
AL RITMO DE LAS OLAS
La banda más rica del planeta según la revista financiera Forbes, con 168 millones de dólares ganados sólo en 2005, movió la ciudad más turística de Brasil, tanto en esquema de seguridad como en la parte comercial.
Muchos de los residentes en los edificios contiguos al hotel donde se hospedó la banda llegaron a alquilar hasta por valor de cinco mil dólares, sólo por una noche, sus apartamentos frente a la playa, mientras que otros fans asistieron desde cruceros y barcos.
El costo del espectáculo fue estimado en 4.6 millones de dólares, donde la alcaldía aportó casi el 20 por ciento y eximió a los organizadores y demás empresas patrocinadoras de impuestos.
Camisetas blancas sencillas, de baja calidad textil, con la foto estampada de la banda y la inscripción de "Yo fui", fueron vendidas en grandes cantidades a un costo de 11 dólares.
La escenografía y el esquema de seguridad, con 10 mil efectivos de diferentes fuerzas del orden, fueron los mayores para una presentación artística en Brasil, haciendo incluso que la propia banda sugiriera acercar un poco más al público, retirado 54 metros.
Además de los 10 mil agentes utilizados, otros cinco mil custodiaron las "favelas" (barrios marginales) y las entradas y salidas terrestres de la ciudad, en un operativo que estuvo reforzado por helicópteros y patrullas marítimas.
19/02/06
Nota 41809