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Columna sin nombre.
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A+ A- *** CNI en Veracruz.
Pablo Jair OrtegaAhora que se dio la transmisión de un nuevo canal para el área metropolitana de la ciudad de México, cuyo nombre es "Proyecto 40", sin duda para muchos de los que éramos asiduos de CNI vale la pena recordar lo que era ese canal.
En Veracruz, los corresponsales de CNI operaban desde la zona sur: el reportero en Coatzacoalcos y el camarógrafo en Minatitlán. Siempre era un constante recorrer todo el estado.
María Eugenia López , Jefa de Estados, a veces llamaba al corresponsal para que en esos momentos se trasladara a tal lugar, lo que era motivo de bromas, ya que al parecer la guapa María Eugenia a veces no captaba la longitud y tamaño del estado: "pinches chilangos, creen que Veracruz es como el DF".
Pero se hacía lo que se podía, y siempre con muchas ganas.
Los primeros trabajos fueron principalmente dedicados al movimiento de los 400 Pueblos, ubicados en la zona norte del estado. Ese viaje fue a Martínez de la Torre, y la intención de entrevistarse con gente de los 400 Pueblos llevó a los corresponsales primero a presentarse muy temprano con el alcalde; -pero el señor resulta que no podía atenderlos- y dijo que los vería al mediodía, lo que nunca hicieron porque el tiempo en televisión es estricto -y la verdad que esperar al alcalde atrasaría el trabajo-. Ahí comenzó una técnica muy recurrida de los corresponsales: la de que el camarógrafo subiera en un taxi y lo llevara a donde se sospechaba o se sabía una dirección determinada. Así se llegó a la mera mata de los 400 Pueblos, asentados en Martínez de la Torre y en sus alrededores. Ahí se conoció la otra cara de los jarochos "encuerados".
En el sur, CNI llevó puntualmente el caso de los disidentes petroleros como ningún otro noticiero en cadena nacional (a pesar de que la señal no era abierta, muchos sintonizábamos en los canales por cable). Se recuerda incluso a los líderes petroleros rondando en las camionetas por la cafetería de Natalio Galicia, frente al malecón de Minatitlán, donde se llevaron por lo menos un par de entrevistas en las noches. En esos rondines se veía a un Jorge Wade y a su chofer, circulando "discretamente" y observando lo que pasaba al interior de dicho local. Solamente se veían los movimientos de los labios del dirigente sindical, palabras mudas bajo ese diminuto bigote desde la Suburban blanca, como a eso de las 10 de la noche.
Otros viajes constantes fueron al puerto de Veracruz. Ahí se tomó lo del Carnaval, en una de sus ediciones cuando el camarógrafo de CNI se dio cuenta que Adriana Fonseca lucía muy diferente en persona a como la pintaban en la tele (aunque no deja de estar buenísima). La encomienda era que desde temprano se tomara el asunto de los condones que se regalaban a los transeúntes, por aquello de que en las fiestas del carnaval la libido se apodera de los festejos y Veracruz es uno de los primeros lugares en enfermos con SIDA. Se recuerda que era un encargo especial, según el corresponsal, de Denise Maerker, entonces conductora del noticiero estelar.
Otra de las tantas veces en Veracruz fue una visita que realizara Beatriz Paredes en su campaña a la dirigencia del PRI nacional. En un principio, y por andar experimentando con micrófonos nuevos, los audios de las primeras grabaciones quedaron mal. Fue en el "Fiesta Inn", que estaba recién inaugurado. Ahí se saludó al amigo Manolo Victorio, tan conocido también en Minatitlán. Se recuerda que se gastó toda una cinta del asunto, y no sirvió para nada. Finalmente se tuvo que alcanzar horas después a la señora Paredes en otro evento en el que ya se estaba despidiendo de Veracruz, minutos antes de la transmisión vía micro que se tenía que hacer en la oficinas de Telmex en el Hípico. "Denle chance a los amigos del 40", decía Beatriz Paredes, y en una rápida entrevista e imágenes de aspecto, se llegó justo a tiempo para la transmisión. Se hizo en veinte minutos lo que en todo el día salió mal.
Ahora Beatriz Paredes , en campaña, asistió a la inauguración del nuevo canal, al de los "nuevos amigos" del "proyecto 40".
Por cierto que las transmisiones vía micro siempre eran toda una hazaña: se llegaba justo a la hora, y era curioso porque en todas las diversas oficinas de Telmex en el estado no siempre tienen las mismas conexiones y cables. Lo que sí es que la transmisión es exacta: si te dicen a las 18:00 horas, hay que estar a las 6 de la tarde, ni un minuto más, ni un minuto menos, porque el tiempo de transmisión (que regularmente era de 10 minutos) para enviar imágenes a la Ciudad de México ya transcurría desde la hora programada. Si se llegaba a las 18:05, nada más tenías 5 minutos para la transmisión. Ya ni imaginarse los costos de estas tecnologías, y a quién le costaba cuando se perdían minutos valiosos.
En Xalapa se cubrió la primera visita de Madrazo a Veracruz como dirigente nacional del PRI. Nunca se supo si salió el material al aire o no, porque para entonces los de CNI se perdían constantemente en la capital por el desconocimiento de las calles, y esa vez se llegó tarde la torre de transmisiones (que ahora se sabe está por la Torre Hakim); de por sí casi lo transmitido era raro que los corresponsales vieran finalmente al aire, porque en esos momentos estaban de viaje regresando al sur de Veracruz, y las familias a veces se olvidaban de grabar el noticiero.
Otra anécdota memorable fue el secuestro del diputado Mario Zepahua, lo que llevó nuevamente a la carretera al Atos color blanco que ya era conocido en todas las casetas. Primero la investigación en Orizaba, donde se contactó a gentes cercanas al legislador veracruzano, quienes dieron datos de la ubicación de sus oficinas en la eterna pluviosilla. De la misma manera, e inesperadamente, surgió un viaje a la ciudad natal del legislador, Tequila, ubicada en la sierra de Zongolica. Era lluvioso y frío el día. En Orizaba ya estaba el aguacero cuando se regresó de Tequila, donde se grabó imágenes de la casa del secuestrado, así como la tienda de abarrotes de sus padres. Ya casi a punto de salir, el corresponsal tuvo la llamada de un contacto que le aseguraba que había un video donde aparecían los que secuestraron a Zepahua, copia que se consiguió.
Al tener la copia en las manos, y al volver a hablar con el contacto, éste aseguraba que lo andaban persiguiendo sospechosamente, porque el contenido del vídeo dizque que era peligroso. Esto nos hizo a la idea de que la copia debería ser entregada enseguida a la ciudad de México, para lo cual los veracruzanos corresponsales de CNI, sin estar preparados, tuvieron que salir del estado con la incertidumbre de si lo dicho por el contacto era cierto o pura paranoia. El chiste es que el viaje emprendido fue a través del estado de Puebla, donde la idea original era entregarle a alguien del canal, en alguna caseta, el video comprometedor.
Toda una experiencia típica de las que les pasan a los periodistas (por eso esta chamba es la mejor del mundo): un frío de diez grados bajo cero, sin abrigos; el único consuelo fue estacionarse en una gasolinera para tomar café. Madrugada, y con el chofer dormido a pierna suelta, lo mejor era ponerse a platicar de lo que fuera durante la madrugada y fumar como chacuaco.
Ya amaneciendo, y luego de una desvelada de aquéllas, se inició nuevamente el viaje por todo el estado del "gober precioso"; pero finalmente no se supo en qué caseta se esperaría al enviado del canal, así que cuando nos dimos cuenta, ya estábamos en el DF. Nadie sabía andar en la ciudad de México, así que luego de librarse de una infracción, y de que un agente de Tránsito indicó dónde estaba el aeropuerto, ahí se guardó el Atos y nos fuimos en taxi hacia los pisos 40 y 41 del
World Trade Center , donde éste camarógrafo conoció las instalaciones de CNI, en una de las experiencias más inolvidables de los años que llevo en este rollo de los medios informativos.
Uno desconoce de las situaciones laborales y financieras del canal. Nunca supe cómo eran las condiciones ni cuáles eran realmente los conflictos. Uno como camarógrafo trabajaba para el corresponsal y ya. Quien tenía contacto con los de CNI era el corresponsal, y era quien le pagaba al de la cámara. Pero el saber que luego los amigos me decían que aparecía mi nombre en el noticiero, era sencillamente gratificante.
Y es que los créditos tanto del reportero, como del camarógrafo y del editor aparecían, como parte de las vanguardias en televisión que CNI proponía, de las muchas maneras de informar que se extrañan del noticiero encabezado por Ciro Gómez-Leyva, a quien nunca tuvimos el gusto de conocer.
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28/02/06
Nota 42070