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Brasil derrota a Rusia y al frío.
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A+ A- La selección de Brasil derrotó hoy por la mínima con un polémico gol de Ronaldo a Rusia, que mereció mejor suerte, pero desaprovechó sus ocasiones, en un partido amistoso disputado en Moscú con un frío "espantoso" de 10 grados bajo cero.
El partido, el único ensayo general de la "canarinha" antes del Mundial de Alemania, tuvo dos tiempos diametralmente opuestos, ya que en la primera mitad el cuadro de
Carlos Alberto Parreira dominó por completo y en el segundo logró a duras penas mantener la portería a cero.
Desde el comienzo del encuentro, Brasil tomó las riendas y demostró su superioridad técnica, amedrentado ante la ofensiva visitante, encabezada por Ronaldo y Adriano.
La primera ocasión de gol vio tras un error del defensa A.Berezutski, pero Ronaldo no pudo superar al joven meta ruso Akinfeev(m.7) que bloqueó el flojo disparo del ariete madridista.
El único gol de la noche nació a consecuencia de una jugada polémica protagonizada por Ronaldo, que aprovechó un centro de Roberto Carlos para sorprender al portero al marcar en el corazón del área con su codo izquierdo (0-1, m.15).
Tras este gol, los hombres de Parreira tuvieron otras dos ocasiones, pero un lanzamiento cruzado de Adriano desde unos 18 metros fue desviado al corner por el meta ruso (m.34) y otro de Ronaldo, desde el vértice del área grande, fue atrapado por Akinfeev (m.39).
Los rusos, que poco a poco lograron hacerse con el control del juego en el centro del campo, estuvieron a punto de empatar ya en la primera mitad, pero un cañonazo de Kerzhakov desde fuera del área grande de Brasil se estrelló en la cruceta de la portería defendida por Rogério (m.45).
Brasil se fue al descanso como claro dominador con un incansable Cicinho, un Ronaldo que recordó con destellos al de sus mejores tiempos y un Ricardinho, sustituto de Ronaldinho, que defraudó las expectativas creadas.
Otra muestra del dominio de Brasil en la primera mitad fue la posesión del balón: un 75 por ciento frente un 25 de los rusos, desarbolados ante las acometidas "canarinhas" por ambos flancos.
No se sabe qué dijo durante el descanso a sus jugadores el seleccionador interino ruso, Alexandr Borodiuk, pero en la segunda mitad su equipo demostró que puede jugar de igual a igual a un Brasil al que se le congelaron las ideas en el segundo tiempo.
El conjunto brasileño comenzó el segundo tiempo con dos sustituciones: el barcelonista Edmilson reemplazó a Ricardinho como medio centro y Cris entró en vez de un decepcionante Juan.
Sin embargo, estos cambios no sirvieron de mucho, ni tampoco los otros cuatro que Parreira efectuó más tarde para fortalecer la zaga.
En la segunda mitad, cuando la temperatura descendió de ocho a doce grados bajo cero, los brasileños se echaron inexplicablemente atrás y sólo Kaká y Zé Roberto intentaron tímidamente sorprender a la defensa rusa.
Contra pronóstico, Rogério, sin apenas opciones de ser el portero de Brasil en el Mundial 2006, se convirtió en el mejor de su equipo con varias paradas "antológicas".
Entre los minutos 52 y 60 los rusos, que empezaron la segunda mitad con la misma plantilla, crearon hasta cuatro ocasiones de gol, pero las desperdiciaron para la desilusión de los casi 20.000 espectadores.
Primero, Loskov lanzó un zurdazo desde 18 metros, pero Rogério estuvo atento (m.52) y después un disparo envenenado de Aniukov lamió el poste izquierdo de la portería defendida por Rogério (m.55).
La inyección de "sangre fresca", cuando Fred sustituyó a Ronaldo, Neri a Roberto Carlos (m.64), y diez minutos más tarde entraron Juninho y Gilberto Silva, en sustitución de Kaká y Emerson, permitió a Brasil apagar, durante unos minutos, el ímpetu ofensivo de Rusia.
Para decepción de los aficionados, Parreira dejó sin jugar a Robinho, ya que, según sus palabras, "le conoce muy bien y prefería ver en acción a Ronaldo-Adriano".
En uno de los insistentes ataques de Rusia el menudo jugador del Zenit, Arshavin, regateó Rogério y ante la portería vacía prefirió dejar el balón a su compañero del club Kerzhakov.
El disparo del dorsal 11 de Rusia fue despejado "in extremis" por Neri (m.84), en la mejor ocasión rusa de todo el encuentro.
Los delanteros del Zenit tuvieron otras dos oportunidades de cambiar el marcador, pero tras un disparo de Arshavin el balón pasó rozando el poste y tras otro, de Kerzhakov ante un vendido Rogério, el esférico se fue al cielo.
01/03/06
Nota 42083