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*Con gran respeto se pidió permiso a los dioses “dueños del monte”.
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A+ A- Por: Edgar Gómez.
El Tajín, Mpio. de Papantla, Ver.-Luego de muchos años de no realizarse, el sábado pasado se llevó a cabo la ceremonia de selección, corte, arrastre y levantamiento del Palo Volador, así como el ritual de Los Voladores con la participación de niños indígenas del Totonacapan, en el marco de la séptima edición de la Cumbre Tajín.
Todo el proceso inició desde muy temprano en la zona arqueológica, donde se reunieron integrantes de la Asociación de Voladores de Papantla, alumnos de la Escuela de Niños Voladores y habitantes de la región.
Luego de caminar cerca de dos kilómetros, en la parte posterior de este centro ceremonial, entre el monte, los voladores de mayor edad seleccionaron el árbol que reunía las condiciones necesarias para efectuar la danza, como son altura, grosor y uniformidad del tallo.
Para poder realizar su corte se hizo una ofrenda de incienso, aguardiente, música, velas y flores para pedir permiso al Kiwi Qolo (dueño del monte) y como aviso al propio árbol de que fue elegido para participar en el rito cósmico.
El "Palo Volador" fue derribado por un caporal, quien primero inició los hachazos hacia el oriente y continuando según la orientación de los puntos cardinales, luego de repetir la ofrenda acompañada por la flauta y el tambor constantes que le imprimen el sello característico de esta región papanteca, sin faltar las máscaras que representan a los dioses que también fumaban tabaco.
Para poder ser trasladado por la carretera hacia el parque temático Takilhsukut, el "Palo Volador", de enorme peso y de aproximadamente 25 metros de largo, amarrado por gruesas cuerdas, fue arrastrado tanto por niños y adultos, quienes aplicaron los conocimientos técnicos de sus ancestros para hacer más ágil la llegada a su nuevo destino.
En el parque temático ya era esperado por la banda de música, donde hizo su entrada, siempre jalado por los voladores más experimentados y los novatos que este día se estrenaron profesionalmente.
Ahí estaba preparado el sitio donde se levantaría majestuoso: un agujero con gran profundidad que le permitiera sostenerse. Se depositaron en el hoyo ofrendas variadas a Kiwichat (diosa del monte o dueña de la tierra): una gallina viva, tabaco y aguardiente.
El ave es para que la diosa se alimente y no apetezca la vida de alguno de los danzantes, el aguardiente para saciar su sed y no chupe la sangre de los voladores y los enferme y el tabaco, para combatir el mal viento que pudiera ocasionar accidentes.
Por más de una hora, los indígenas realizaron un enorme esfuerzo para realizar el levantamiento del mástil utilizando tijeras de bambú para sostenerlo, mientras otros los izaban con cuerdas.
Hecha la ofrenda y firme el palo volador, los caporales junto a los niños voladores rezaron ante un altar conformado por un "santito", charolas de frutas, tamales y flores, además de veladoras y otros ornamentos.
Algo tímidos, los danzantes, de la Escuela de Niños Voladores que han sido impulsados con el apoyo del FONCA (Fondo Nacional para la Cultura), la Asociación de Voladores "Kgosnin" y la empresa Creatives, fueron subiendo uno a uno al palo.
Luego de que un caporal invocó a los cuatro elementos, las cuatro direcciones, los cuatro vientos y donde se enlaza lo aéreo con lo terrenal y lo sagrado con lo humano, al ritmo de la flauta y el tambor los cuatro pequeños se lanzaron de lo más alto del palo.
Al llegar a tierra, fueron recibidos con un gran aplauso por parte de sus familias y público en general quienes los felicitaron por el gran valor que demuestran desde pequeños y su interés por participar en sus tradiciones.
Todo el proceso ceremonia duró cerca de ocho horas.
La Escuela de Niños Voladores funciona desde el mes de octubre en el parque temático Takilhsukut con el fin de continuar preservando los rituales que fueron práctica común en varias regiones de mesoamérica como la de la Huasteca, la sierra norte de Puebla, la Mixteca, el altiplano central, Centroamérica y desde luego, el Totonacapan donde se conserva con gran vigencia.
Este proyecto fue ganador en la rama de Ejecutantes con Trayectoria; actualmente la escuela cuenta con 40 alumnos de entre 8 y 14 años de edad y busca la profesionalización de los voladores, una mayor difusión del ritual y por consiguiente, la conservación de las raíces de los veracruzanos y mexicanos en general.
Las diversas formas de la Danza del Volador se podrán conocer y admirar durante la celebración de la Cumbre Tajín 2006, del 17 al 21 de marzo, donde se realizará un Encuentro Intercultural de Voladores.
06/03/06
Nota 42186