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Columna sin nombre.
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Pablo Jair OrtegaBARA, BARA… LLEVE SU PROMESAAA, PROMESAAAAA
No obstante que para muchos este debate estuvo más civilizado y menos atropellado que el anterior, y que dicen que predominaron las propuestas, la triste realidad nos habla de las ofertas de siempre, las que regularmente se incumplen o quedan a la deriva.
En la vendimia de promesas, promesas y más promesas que comenzó por ahí de las 20:40 horas, subastaron los ofrecimientos de siempre, nada más que ahora renovados de acuerdo a los tiempos actuales.
Se habló de la inseguridad, de que se va a construir desde un instituto de inteligencia (¿pues que no existe el CISEN y el área de Inteligencia de la PFP y el Ejército?) y hasta la unificación de las policías bajo un solo mando, lo que se antoja contraproducente al dar un poder absoluto a una sola persona u organismo para combatir a la delincuencia.
Precisamente se debe resaltar que es conocido en el mundo policíaco que son las corporaciones federales las que todavía destacan por ejercer prácticas por las cuales son famosas (protección a narcos, a bandas de roba autos, etc., lo que se refleja en casas que con salarios como oficiales, nunca habrían soñado), y que junto con las policías municipales y ministeriales son quienes más corruptos están desde su interior. Que las policías estatales muchas veces son los más fieles hacia la protección de la entidad, que muchas veces son desplazadas a conveniencia de las autoridades federales en casos sobretodo en casos de narcomenudeo.
Vimos a un Roberto Madrazo (por cierto con un aparato auditivo, porque supuestamente es medio sordo) muy estadístico y criticando principalmente las deficiencias de la administración federal; a Calderón con una postura arrogante y siendo el primero, como se esperaba, en lanzar excremento aplicando su estrategia de provocación, apuntando baterías hacia López Obrador, su principal blanco.
Y la verdad que lo único novedoso de este debate que tanto eco y resonancia le hacen como "práctica democrática", fue solamente la presencia de
Andrés Manuel López Obrador , quien junto con Calderón entró al juego del descrédito y las descalificaciones incluso familiares. El tabasqueño, al igual que su reteanunciado mensaje a la nación del 30 de mayo, no aportó nada relevante.
La verdad que los niveles presenciados el día de ayer, aunque se quieran ver con lupa optimista, es que siguen por debajo de lo esperado por los mexicanos. La falta de argumentos serios y convincentes son canjeados por "lo que tu dices es mentira y lo que yo digo es verdad y viceversa", entre los intercambios de diálogos huecos y al borde de la sutil mentada.
Los ofrecimientos de una utópica vida mejor, que para muchos fueron las "propuestas que prevalecieron afortunadamente", no dejan de ser los buenos deseos, máxime cuando los principales tres candidatos presidenciales, Madrazo, Calderón y López, han sido gobernantes o han formado parte importante de la estructura del gobierno a lo largo de los años.
Ya sea como presidentes de partidos, diputados, senadores, o gobernantes en general, la memoria inmediata nos dice que han tenido la suficiente influencia para haber concretado al menos uno de los tantos proyectos que dicen que, ahora sí, harán como posibles titulares del poder ejecutivo.
Lo más patético del asunto es que todavía luego de dos horas de verles la cara a los aspirantes y "aspirante", tuvimos una especie de sesión de lavado de cerebro nacional al término del dichoso debate, para así bombardearnos a discreción con mensajes de "Yo gané el debate y los demás son una bola de perdedores"; fue tan intenso el hostigamiento, que hubo quienes expresaron esa legendaria frase mexicana que dice "Ya chole".
Por cierto que ya en la recta final de las campañas políticas (gracias al cielo), en Veracruz no se ha escuchado nada acerca de propuestas en materia de seguridad en el estado por parte de los senadores y candidatos a diputados federales. Sobretodo que ahora el gobierno estatal está aceptando la presencia de cárteles del narco y de la delincuencia organizada a lo largo y ancho de la entidad.
Los candidatos al Senado se van más sobre la creación de empleos, que sí es importante, pero parece que se creyeron aquello de que Veracruz es seguro y que solamente vienen los malditos a matarse entre ellos.
pablo.jair.ortega@gmail.com
07/06/06
Nota 44512