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La Oreja de Van Gogh pierde la voz.
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A+ A- Amaia Montero, la cantante de La Oreja de Van Gogh, se fue quedando sin voz poco a poco en el concierto que ofreció el sábado en Salamanca como inicio de su gira ‘Guapa’ por España.
La dolencia de garganta, que la solista acusó aún más al principio del único bis del concierto, fue disculpada por los miles de seguidores que abarrotaban el pabellón "Sánchez Paraíso", de la capital salmantina, no sin que antes Amaia diera las gracias y se despidiera con un "hasta siempre".
Pero La Oreja de Van Gogh, durante los 90 minutos que duró su actuación, se ganó el calor y el entusiasmo de un público que coreó en multitud de ocasiones las letras de la más de una veintena de canciones que el grupo interpretó ante una temperatura de justicia, de la que incluso se quejó Amaia.
Sobre un escenario de unos 15 metros de alto, más de 90 mil watios de sonido y otros 350.000 de luces, Amaia, vestida con camiseta y pantalón corto de color rosa, irrumpió en el escenario con "Noche", un medio tiempo que deriva hacia el rock con la dinámica de La Oreja de Van Gogh, y "Muñeca de trapo", una canción que está a caballo entre la balada y el medio tiempo, y que aborda temas como el silencio, la incomunicación, lo perdido o lo imposible.
Después vinieron "Dulce locura", en la que se mezcla un piano de fraseo clásico con intensidad rock; "Perdida", con cierto aire gospel que desemboca en pop de gran dramatismo; "Vuelve", que trata del abandono sobre una base de guitarras distorsionadas y sintetizadores, o "Escapar", un canto a la esperanza enlazando reggae y pop, sello de identidad en todos los trabajos de La Oreja.
También los miles de espectadores pudieron escuchar "Irreversible", una balada que comienza con guitarras acústicas y trémolo que aportan clasicismo; o "A diez centímetros de ti" que muestra la cara más electrónica y dinámica del grupo, también aderezada con rock y "V.O.S.", que adopta un aire desenfadado con cierto aroma añejo a cabaret, a los 70.
Temas, todos ellos, que fueron intercalados con trabajos anteriores como "Rosas", "La Playa", "Puedes contar conmigo" o "París" sin olvidar "Mi vida sin ti", con la que se cierra "Guapa" y que empieza a ritmo de bossa nova y termina en dance con ambiente marítimo.
Las doce canciones de las que consta el último álbum fueron grabadas en un caserón a las afueras de San Sebastián, ciudad vasca del norte de España, donde los cinco componentes se encerraron durante algún tiempo para ultimarlas.
Allí, junto a Nigel Walker, su habitual productor, fueron dando forma a estos temas con estilos dispares que pasan por el pop, el reggae, el rock, la electrónica e incluso una ranchera.
El grupo donostiarra acaba de regresar de su gira por América, y tras Salamanca, vendrán conciertos por toda la geografía española.
La gira y el álbum coinciden con el décimo aniversario de la creación de la banda, que destinará una parte de sus beneficios a un proyecto en Honduras para construir una escuela.
11/06/06
Nota 44584