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Pasillos del Poder.
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A+ A- César Augusto Vázquez Chagoya"NO NOS PELAN, PORQUE SON GÜEROS"
Se bajó solo del helicóptero. Ningún guardaespaldas había en el lugar. Los pobladores vieron con buenos ojos su comportamiento y empezaron aplaudirle. Un chamaco de los que nunca faltan en los pueblos le gritó: "¿Para qué viene si no resuelve nada?". La contestación fue rápida: "Claro que me necesitan y vengo a resolver los problemas". Mujeres indígenas, bravas como son, sacaron de la reunión del pueblo casi a empellones al gritón. Tanta pobreza y sed de justicia no la echarían a perder por un "acelerado".
No habían visto a un gobernador solo caminando por sus antiguas y ricas tierras. Cuando los visitó
Patricio Chirinos Calero , por culpa de los guardaespaldas hubo un conato de pelea, estando en medio el mandatario, todo porque a sus morenas y callosas manos no les permitían saludar al ejecutivo estatal. Chirinos le cumplió al hacerlos municipio libre.
Ahora llegaba este gobernador moreno, quien saben que viene de la pobreza como ellos, según se informa todos los días por medio de los noticieros y la televisión de Coatzacoalcos y Minatitlán, además por la radio y televisión de Veracruz que pueden acceder a ellos por la antena que tiene el gobierno estatal en la congregación de Ocozotepec, municipio de Soteapan.
Este humilde gobernador no les tuvo miedo. Se reunió en la plaza de Tatahuicapan con la población y empezó hablar diciendo que la culpa no era sólo suya, sino de muchos de sus colaboradores por descuidarlos ante la falta de tiempo, pero que comprometía su palabra de que no volvería a pasar, anunciando que efectuaría el programa integral del desarrollo de la sierra de Soteapan, destinando para ellos el 50% de las ganancias de las comisiones de Agua Potable de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque. El aplauso y la alegría, brotaron con entusiasmo: una luz, después de siglos de marginación y atropellos.
Así era. Sólo humildad, corazón para servir y sensibilidad social. La toma de la presa "Yuribia" en Tatahuicapan, dejó sin agua por cuatro días a Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque. El que más sufrió fue el pueblo de Coatzacoalcos, porque era tan barata el agua de la sierra de Soteapan, que descuidaron los pozos de agua ubicados en Canticas por donde está el aeropuerto. Minatitlán y Cosoleacaque siguieron conservando sus pozos, aparte de que por costumbre en cada hogar hay un pozo artesiano, aunque muchos ya están cerrando porque escasea el agua.
En el viejo Puerto México, hubo crisis por la falta del vital líquido y hasta quienes llegaron a los golpes por conseguir aunque fuera una cubeta de agua. El problema se pudo evitar y resolver a tiempo: los de Tatahuicapan fueron primero a ver a Iván Hillman, alcalde de ese lugar, quien no los recibió. Desconocen los indígenas si no estaba o no le avisaron quiénes estaban ahí y qué problema traían. El desdén se lo cobraron en Tatahuicapan al señalarlo de que por ser "güero" no los atendía.
El coordinador de la Subsecretaría de Gobierno en la zona sur, el ex alcalde y ex diputado local de Minatitlán,
Ignacio Hernández Berruecos , en un mes no les resolvió nada. El 17 de septiembre decidieron cerrar las válvulas del "Yuribia", entonces sí todo mundo quiso negociar con ellos, trasladándose los alcaldes de los municipios afectados hasta Tatahuicapan, donde primero no les querían entregar el pliego petitorio y después ya negociando cada vez que casi llegaban a un acuerdo, los indígenas se echaban para atrás porque la asamblea del pueblo no aceptaba lo pactado. Fueron muy agudos en criticar a Hillman, quien fue el único alcalde en mantenerse en el lugar de conflicto por casi tres días.
Raúl Morales Cadena de Minatitlán sólo fue una vez, pero para los indígenas era un buen alcalde, porque cuando fueron a verlo los recibió en su casa y les invitó refrescos, y hasta se tomaron unas cervezas en la banqueta. El de
Cosoleacaque Cuauhtemoc Cadena , era el gran amigo con quien siempre los visitaba y convivían. Julián Montoya, secretario de ese ayuntamiento, andaba en Tatahuicapan como en su casa. Hillman con razón era el más preocupado, no podía regresar a su municipio sin una solución, además que se notó que los indígenas lo presionaban más a él.
El martes 19 de septiembre hubo crisis en las negociaciones y ya sectores del gobierno se inclinaban por el desalojo violento de los indígenas de la presa, que era un precio muy alto a pagar porque la policía podría entrar, pero les bloquearían los caminos y tendían que ejercer más violencia.
Según la historia moderna de Veracruz, la policía del estado en 1985 desalojó el Palacio Municipal de Pajapan, porque no estaban de acuerdo los indígenas con el nuevo alcalde. La policía pudo entrar, pero no salir. Les cerraron las tiendas y no hubo qué comer. A los miembros del ayuntamiento que entraban fueron amarrados en el parque de la población ante una policía atrincherada en el Palacio Municipal bajo la zozobra de los balazos esporádicos de los indígenas. El problema se solucionó quitando al alcalde electo.
En 1985 y 1998 ha sido desalojado el Palacio Municipal de Soteapan, pero ha sido al mediodía y con el apoyo de la mayoría de la población. No se les puede desalojar de noche o de madrugada porque salen a defenderse, porque por años personas vestidas de policías y militares se han metido a sus casas, robándoles, violando a sus mujeres y muchas veces con la muerte de los hombres.
Mecayapan y Tatahuicapan no ha sido desalojado por la violencia. Hay una razón de peso: en cualquier conflicto ponen a sus hijos enfrente y por la desnutrición sólo con inhalar gas se pueden morir (la diferencia en proceder de los indígenas consiste en que Pajapan y Soteapan tienen población popoluca. Mecayapan y Tatahuicapan son náhuatl).
Estos dos pueblos unidos empezaron el primer movimiento armado en contra de Porfirio Díaz en 1906 y fueron participantes en 1961, en el ultimo movimiento armado en contra del gobierno federal encabezado por el
General Celestino Gasca , muriendo cientos de indígenas en la zona sur (toma de Jáltipan el día del grito y rivera del rio Coatzacoalcos), Misantla y el Totonacapan, exactamente en las fiestas de septiembre de ese año.
Esta vez afortunadamente hubo prudencia y la sensibilidad política del gobernador
Fidel Herrera Beltrán , quien al ver rebasado a sus colaboradores fue personalmente el 20 de septiembre y solucionó el problema. Hillman esa noche pudo dormir en su casa: ya había agua para sus colonias. Para el gobernador, aplausos.
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21/09/06
Nota 47291