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Pasillos del Poder.
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A+ A- Por:
Cesar Augusto Vázquez ChagoyaLAS VÁZQUEZ SAUT, HIJAS BUENAS, PERO EQUIVOCADAS
Regina, Fabiola y
Sofía Vázquez Lagunes , como buenas hijas y mujeres, defienden con todo la memoria de su padre
Cirilo Vázquez Lagunes . Se les conoció de niñas. Vivieron parte del verdadero "Cirilismo"; inclusive, las llevaban a la escuela muy temprano desde el rancho "El Mangal", su único hogar en el sur de Veracruz.
No lo recuerdan, pero las llevaban en un "guayin" u otros vehículos, custodiadas por pistoleros, pero más que nadie por Agustín Caracas, quien murió cuando trataron de matar en una emboscada al comandante de la Policía Municipal de Rodríguez Clara y Policía del Estado,
Teódulo Zamora Aburto , quien pierde a su esposa y sobrevivió gracias a que sus hijos iban en la batea de la patrulla y repelieron el ataque de los gatilleros.
El enojo de Cirilo era en contra de la policía estatal, quienes protegían al alcalde
Omar Mansur Assad , quien había sido el motivo principal del rompimiento en las negociaciones entre el PRI y Vázquez, por las alcaldías del sur de Veracruz en 1985. Cirilo estaba empecinado en sostener la precandidatura de una gente de la alcaldesa Ana López y el PRI estatal a Omar, quien fue el candidato: el ganadero gritó y pataleó, que hasta con trenes llenos de gente tomarían Rodríguez Clara. No pasó nada.
El comandante Zamora Aburto, grave fue llevado hasta Veracruz para salvarle la vida. El pistolero Agustín Caracas, que tanto quería a las hijas de Cirilo, fue enterrado casi en la clandestinidad. En esa ocasión, después del fallido asesinato del comandante, Vázquez Lagunes amenazó con que tomaría el Palacio Municipal de Rodríguez Clara con los 200 pistoleros que tenía comiendo y durmiendo en la casa atrás de la residencia principal de "El Mangal", donde hasta había una mesa de billar y literas. Tampoco pasó nada.
Las niñas, a partir del 1985, vivieron en un casi campamento guerrillero, porque siempre estaban rodeadas de pistoleros; hasta que su madre las llevó a Puebla, junto con su abuela Regina.
Estos pistoleros, cuando no estaba Cirilo, ponían "retenes" y se hacían pasar por la
Policía Judicial Federal . Total que tenían la protección del Ejército y de la Judicial Federal. Sólo para dar más firmeza a lo que asentamos, el 1 de noviembre de 1984 mataron narcotraficantes a 21 agentes de la policía entre Judiciales Federales, Policías del Estado y Municipales de Coatzacoalcos cerca de la congregación de la Sánchez Taboada. En ese entonces encabezó las investigaciones el comandante nacional de la
Policía Judicial Federal , el legendario Florentino Ventura.
El archipolicía fue a "El Mangal" a ver a Cirilo y le preguntó sobre el caso, y éste respondió que conocía a los de la Sánchez Taboada, pero que no tenía nada que ver en el asunto. (Tan no sabía del asunto, que en las elecciones municipales de 1985 en Hidalgotitlán, habían quemado todas las casillas electorales los gatilleros de esa congregación, porque Cirilo estaba enojado porque no impuso a su favorito).
El periodista
Arturo Reyes Isidoro , quien fuera un alto funcionario en la Dirección de Prensa del Gobierno del Estado, describe bien lo que pasó con los medios de comunicación en esos días de frío y de muertes. Todos los reporteros nacionales que fueron para cubrir la matanza de Sánchez Taboada, eran atendidos en los hoteles de Coatzacoalcos a cuerpo de rey y pagaba todo
Cirilo Vázquez Lagunes , y algunos andaban tan metidos con las prostitutas que les mandaba el ganadero, que sólo reproducían el boletín que le pasaba el periodista José Murillo, quien bautizara como "El Caudillo del Sur" a Cirilo.
Si Vázquez Lagunes no tenía nada que ver en los homicidios de los policías, ¿Qué interés tenía en que la información que él generaba saliera como él quería? Sólo dos casos, que sus hijas tal vez no lo sabían o si lo saben, pues se engañan.
Cuando mataron a Cirilo, se decía que "ojalá no hubiera malandrines que se metieran con las hijas porque ellas también habían sido víctimas de las circunstancias". Se decía en relación a la seguridad física, porque en el sur de Veracruz hay venas de "caciques" invencibles que fueron afectados por Cirilo. Con estos ofendidos, todavía sacan la versión de que el gobernador Fidel Herrera era responsable del quíntuple homicidio del 19 de noviembre por parte de los hermanos de Cirilo y de su novia la alcaldesa de
San Juan Evangelista , con lo que complicaban la situación de las buenas hermanas Vázquez Saut.
Que bueno que vinieron a Veracruz para aclarar este viernes 24 de noviembre que el Gobierno de Veracruz no tiene nada que ver en el homicidio de su padre, quien en vida reconoce que
Fidel Herrera Beltrán le había ayudado con más de 100 millones en obras, además de que el documento presentado sobre las declaraciones de las hijas de Cirilo, lo firma también la alcaldesa de
San Juan Evangelista ,
Deysi Magali Valencia , reconsiderando sus señalamientos iniciales.
Que las hijas quieran que no se hable de su padre sin pruebas, pues se equivocan. Como siempre sucede, ahora que no está Cirilo es cuando ya quieren hablar. Las hijas no pueden parar lo que históricamente y legal es cierto: son apabullante los hechos de sangre en que su padre participó, así como los grandes fraudes a instituciones de crédito, secuestros, despojos de tierra y desfalcos en los ayuntamientos en donde se le permitió meter la mano.
Entre tantas víctimas, hay una madre escondida en una dependencia en Xalapa porque le mataron a su esposo y su hijo. Después mataron a la que la traería a la capital a pedir justicia,
Edith Sosa Soler , líder campesina de Playa Vicente. El asesino salió de la comandancia de la Policía del lugar.
Cirilo se defendió de lo que lo acusaron legalmente, y con dinero salió mediante amparos federales. A los que no se atrevieron a acusarlo ¿quién les hizo justicia? ¿Los que se suicidaron por su presión? Las palabras de que a "hierro mata a hierro muere", dicha por el secretario de Gobierno, Reynaldo Escobar, son ciertas, pero el alto funcionario no debía haberlas dicho porque le resulta responsabilidad legal. Pero como en Veracruz pasa todo y no pasa nada, nadie le llama ni la atención y menos que jurídicamente le finquen alguna responsabilidad.
Las Vázquez Saut, como hijas, deben defender a su padre, pero no pueden enfrentarse con los medios de comunicación o amenazar con demandas, porque no sólo no enfriarán los ánimos, sino que los volverán a calentar. Hay que agregar que
Cirilo Vázquez Lagunes en vida, ni aclaró, ni se defendió de los señalamientos públicos que se le hicieron, porque consideraba que solo hacían daños las balas y no lo que manifestaran los comunicadores, y tenía razón.
Se decía que con amenazar a los medios de comunicación si hablaban mal de su padre sólo calentarían el ambiente, se dice esto porque en este mole resulta responsabilidad a varios ex funcionarios y algunos actuales del Gobierno de Veracruz, en permitir que Cirilo tuviera policías municipales como guardaespaldas personales. También hay que ver de dónde sacaba dinero Cirilo, si tenía tiempo que lo habían expulsado de la Asociación Ganadera de Juanita, por no vender ganado. ¿Quién le permitió violar jurisdicciones municipales y hacer obras en otros municipios y por qué el gobernador le daba obras? ¿Quién era
Cirilo Vázquez Lagunes para que los ayuntamientos y el gobierno le dieran el trato de jefe de estado?
Las hijas, buenas hijas se insiste, que alejada de la vida de los hermanos de su padre, lo mejor que les puede pasar es que el Gobierno de Veracruz se hagan cargo de la vigilancia de los municipios de
San Juan Evangelista y Acayucan, porque de no suceder así, las muchachas se van a meter a una dinámica que tenía su padre: de nuevo el pistolerismo y adiós. Esta historia no termina.
24/11/06
Nota 48900