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El PT se une al repudio de los actos en Boca del Río. (Caricatura; MORALIUX)
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A+ A- Por: Gilberto Gómez.
El Partido del Trabajo en Veracruz se suma al repudio ciudadano ante el intento del alcalde panista de Boca del Río, Francisco Gutiérrez de Velasco, al colocar una estatua de Vicente Fox. Ayer fuimos testigos de cómo la sociedad repudia a quien, mediante engaños, logró amasar una fortuna personal que incluyó a sus entenados e incondicionales.
Esta situación nos debe alertar para prevenirnos y evitar desaguisos como el presentado en Boca del Río. Los mexicanos hemos sido agraviados por Fox, su familia y su partido. Ahora pretenden repetir prácticas del pasado, que sólo se conocieron en los tiempos del priismo rancio y viejo.
Para el Partido del Trabajo es importante que se establezca una normatividad constitucional para evitar "tentaciones" a gobernantes y ex gobernantes de quererse perpetuar en vida. Es evitar que se haga culto a la personalidad y que avenidas, calles, colonias, escuelas, aulas, bibliotecas, etcétera, lleven el nombre de algún político en vida. Todavía se recuerda los tiempos del ex gobernador
Fernando Gutiérrez Barrios , cuando se impuso su apellido al municipio de Alto Lucero. Se olvidó en ese momento que Gutiérrez Barrios fue un represor y un policía político.
Actualmente en Veracruz vivimos un impresionante aparato propagandístico que sólo alimenta la egolatría de quien gobierna. Por lo que oponerse a la instalación de la estatua de Vicente Fox, es oponernos a lo que seguramente los priistas, querrán hacer con el gobernante en turno.
Asimismo, lamentamos la actitud asumida por el alcalde Francisco Gutiérrez de Velasco de querer intimidar mediante denuncias penales a miembros de la sociedad civil que derribaron la estatua de Fox en un auténtico acto de resistencia pacífica. Ningún gobernante del nivel que sea, puede imponerse ante su pueblo.
Ojala el alcalde razone y evite más confrontaciones con sus gobernados, ya que esto demerita el quehacer político de nuestro estado.
Si los panistas quieren halagar a su correligionario que actualmente se promueve en Estados Unidos, pues que lo hagan en forma privada. El reconocimiento que un mandatario tenga o llegue a tener de su pueblo, es ajeno a las voluntades personales. La grandeza de la historia de México, no puede comparase con pequeñas e insignificantes biografías de quien ocupó circunstancialmente una representación popular.
Por último, queremos adelantar que una de las primeras acciones de nuestro diputado en la próxima legislatura, es proponer que no se impongan los nombres de políticos a espacios públicos de la entidad.
Los gobernantes fueron electos para administrar y procurar el bien común de sus conciudadanos. No para promoverse e imponer sus gustos y preferencias personales a la sociedad. Ya logramos con la reforma constitucional en materia electoral que se impida a las autoridades promoverse con recursos públicos; ahora vamos para que desaparezcan las perpetuidades sexenales.
14/10/07
Nota 57098