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El TLCAN y el Campo
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Alfredo Tress JiménezA partir del primer minuto de enero de 2008, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TELECAN), entró en funciones al 100%, el cumplimiento de los acuerdos que se firmaron por el entonces polémico Presidente de
México Carlos Salinas de Gortari, quién en el año de 1992 concretó la firma del TELECAN con Estados Unidos y Canadá. Así tendremos que los mercados de Estados Unidos, Canadá y México, estarán saturados de productos de estos países.
De esta manera, no tan solo tendremos a la vista en los mercados nacionales de productos de otras naciones como Chinos y Japoneses, sino todo lo que introduzca América del Norte, con tránsito libre, estando presentes en nuestros mercados, lo que quiere decir que a partir de este año los productos nacionales tendrán que enfrentar mayor competencia de productos de otros países que son introducidos a menor precio al público debido a que en el país de origen encuentran mejores y mayores subsidios.
Sin embargo, existe un sector en total estado de indefensión que es el campo mexicano. Un campo totalmente devastado, abandonado, en lo general sin tecnificación, sin créditos accesibles y mucho menos subsidios y estímulos a la producción, sin políticas públicas que estimulen y orienten a la producción y productividad, la mayoría de productos se encuentran expuestos al temporal, los sistemas de riego o pozos extractores de agua son nulos y donde existen son caros e ineficientes. La mayoría de los gobiernos aplican la mayor cantidad de recursos económicos con que cuentan a obras de infraestructura urbana, que por cierto resultan ser de mala calidad ya que todo el tiempo se la pasan reparando las mismas calles, tapando hoyos y destruyendo vialidades para corregir problemas de fugas de agua o drenajes rotos.
A partir de este año nos alcanza nuestra realidad, por lo menos el ejemplo que expresamos es en el campo mexicano. Los gobiernos tanto federal como estatales y municipales, se verán inmersos en problemas recurrentes de demandas sociales de este sector; los piñeros, cafetaleros, cañeros, citricultores, floricultores, chayoteros, ganaderos, productores de pollo, hortalizas; en fin, todo el sector agropecuario, forestal y pesquero, se verá agobiados por la invasión de productos provenientes del campo de mejor calidad y a más bajos precios. Esto provocará unos graves conflictos sociales, no tan solo en toma de carreteras y demandas por créditos blandos gubernamentales y bancarios oportunos, sino por la venta y abandono a mayor escala del campo mexicano, substituyendo la escasa superficie cultivable existente, por la construcción de casas - habitación.
De no existir políticas públicas que coadyuven al beneficio y fortalecimiento de la producción del sector agropecuario, forestal y pesquero, nos convertiremos en un país consumidor, dejando la producción en manos de los grandes consorcios y sobre todo presas de la introducción que nos proporcionen otros países.
Al menos en el estado de Veracruz se debe alertar de este problema por el que atraviesa un sector que ha sido pilar en el desarrollo del estado, se deben revisar las políticas públicas estatal y municipal para que se defina una estrategia que permita promover y fomentar el desarrollo de la actividad agropecuaria, forestal y pesquera de la entidad. Un tema importante será el buscar nuevos y modernos financiamientos que permitan por un lado disponer de recursos económicos para aplicarlos de inmediatos a la producción y productividad de este sector, y por el otro orientar estos recursos a la infraestructura agropecuaria que permita incrementar la productividad del campo veracruzano, no debemos olvidar que si bien en el estado se dispone de agua en abundancia, se requiere tecnificar con infraestructura de riego y pozos profundos para que de esa manera se pueda obtener mayor producción, de mejor calidad y a bajos costos.
Llego la hora de invertirle al campo con DETERMINACIÓN, la justicia social en el sector agropecuario no debe esperar más tiempo, de lo contrario el campo veracruzano solo será testimonialista para las futuras generaciones, debiendo nuestra alimentación a las importaciones y sobre todo nuestra soberanía alimenticia quedará sujeta a lo que nos quieran mandar y al precio que quieran los vecinos del norte. ¿Usted qué Opina?
alfredotress04@yahoo.com
06/01/08
Nota 59154