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GRACIAS, SINDICATO

"Gracias al sindicato, muchos tienen una mejor vida"

Por: Pablo Jair Ortega
Esto es lo primero que pensé, digamos a manera de agradecimiento a ese organismo gremial que domina Minatitlán, en cuanto veía por la mañana el noticiero que un estudio del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) coloca a la petrolera ciudad como una de las peores en materia de competitividad.

Sí, no creemos que sea Minatitlán, Colima, que (sin el ánimo de ofender) es opacada por la sombra de la Mina veracruzana; la que tiene a la refinería supuestamente más grande de Latinoamérica, la que supuestamente se ubica en la zona económica "A", porque ahí los ciudadanos ganan miles de pesos al mes y viven como ricos con sus aires acondicionados. Por eso es una zona cara, y es tanto el billete, que la ciudad luce hipócritamente mal sus entradas, avenidas, basurero, etcétera: todo es parte de una ilusión para hacer creer que la ciudad apenas subsiste.

Pues bien, así también los minatitlecos hemos sido engañados durante todo este tiempo, y pensábamos que la bonanza minatitleca ahora resulta empañada por tener a una ciudad que no compite, ni sirve p’al arranque, contra Monterrey, la Ciudad de México, Guadalajara, Ciudad Juárez o Tijuana.

Sí, muchos dirán: "¡Ah, es que esas son unas megas ciudades! ¡Tienen todos los recursos!", otros hasta pensarán en el narco como motor de la economía. Que por eso ahí hay billete verde a morir.

¡Ahh!, Pero resulta que también dentro de las peorcitas ciudades, acompañándonos en el fondo, se encuentra el puerto de Manzanillo, uno de los puntos turísticos más reconocidos del país. Chetumal también, cercano al punto turístico más importante de México, que es Cancún. Vaya, al puerto colimense lo acaban de destacar por decomisarse 12 millones de dólares que iban en sendas cajas destinadas para quién sabe qué.

Además, haciéndonos el honor con su compañía en el sótano, se encuentra también Poza Rica.

El asunto es que un par de minatitlecos se pusieron a filosofar en Xalapa: ¿Por qué Mina no era competitiva?

Uno, el de menos edad y mucho vello, decía que era debido a la refinería: "en el sentido de la seguridad y comodidad que da tener un trabajo más o menos seguro y con prestaciones mayores a las de la ley. Uno se estanca y como que hay una pinche apatía muy cabrona en nuestra generación de la que huimos nosotros, wey. Yo por eso me vine: no quiero estar allá atascado".

El otro, con un poco más de días cumplidos, panza y lampiño, decía que el rollo era más allá: el sindicato, "porque controla todo, caón: las plazas laborales, el poder político, la estructura obrera. Nunca dejan crecer a nadie" (aunque tampoco los que no tienen nada que ver con dicho organismo, han hecho mucho por Mina, que digamos).

Divagando, los dos seudo filósofos llegaron a la misma conclusión: en buena parte el sindicato es el que nos ha ayudado a salir de Mina; para no tener que quedarse rezagados en ese círculo vicioso, muchos prefirieron exiliarse que entrarle de lleno a las filas obreras.

¡Que ironía y este autor advierte de una vez que no pagará nada de derechos a una empresa cervecera! Tenemos que darle las gracias al sindicato, porque gracias a como se desempeña, muchos mejor preferimos buscar otro modo honesto de vivir.

Ya hasta estábamos concatenando los spots oficiales (claro, aparte de minatitlecos y filósofos, uno es licenciado en Letras y el otro en Comunicaciones): imagine así la voz de niño, con imágenes de marchas, matracas, porras, delegados apuntando quien falta, el líder en turno: "Gracias al sindicato, mi papá mandó a freír espárragos a Mina y ahora es empresario. Gracias, sindicato".

Otra versión podría ser: "Gracias a las fregaderas de Pablo, mi papá se fue a vivir al norte y ahora es narco, gracias Pablo... En el sindicato, estamos preocupados por tu futuro y el de tus hijos".

Un slogan al pelo podría ser: "Expulsando minatitlecos de la miseria".

En fin, en un rato surgieron muchas formas con las cuales agradecerle al sindicato la inspiración que sembraron en muchos minatitlecos que hoy viven exiliados gracias a que no tienen campo laboral o no se someten a las prácticas de control de la cúpula. En verdad, es una ironía el tener que agradecerle a un organismo tan repudiado (incluso por sus afiliados, nomás que por las obvias represalias y conveniencias les cae bien hasta el elevadorista oficial), el que sea el detonante de una búsqueda de mejor vida.

Ahora la ciudad podrá agradecerle el peso histórico que ha significado tener en las alcaldías a gente leal a ese organismo: es así como podemos definir que pese a tantos presidentes municipales, realmente los cacicazgos son los que han predominado en el municipio. Algunos tan obtusos, que ni siquiera pudieron ser caciques con visión, o por lo menos jefes de mafia con el ímpetu de Benjamin "Bugsy" Siegel para crear de la nada una ciudad como Las Vegas.

Los mejores políticos minatitlecos y hombres de sistema, incluso han tenido que salir del lugar para poder sobresalir.

No, la realidad es palpable y Minatitlán vive uno de los rezagos más vergonzosos gracias a la falta de liderazgo, de una clase política preparada (ya sé, algunos dirán por ejemplo que uno de los líderes leía mucho; sí, pero en qué nos beneficiamos los minatitlecos). Y ya ni se hable de ser el líder en turno del sindicato, que es sacarse un billete de lotería como el de Tío Fide: inmediatamente se convierten en las familias más ricas de Minatitlán.

Hoy, en ese ambiente petrolero, está por finiquitarse lo que fue bañado por populismos como "los años de vacas gordas de Mina": la reconfiguración de la refinería; ¿y qué nos deja? Al contrario de la riqueza prometida, hay mucha delincuencia, crecimiento del narcotráfico, aumento de expendios de cerveza, bares, lupanares, prostitución, un basurero que da pena, y una grave contaminación que lentamente está matando a los paisanos, Xa, papá.

Eso es visible, gracias a la política local que no termina por hundir a la legendaria Minápolis.

Gracias, sindicato. Minatitlán te lo agradece
pablo.jair.ortega@gmail.com

13/03/08 Nota 60855 

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