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El pasado fin de semana, más de 12 mil personas acudieron al casting de selección para el re
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A+ A- Con la intención de ser parte de la nueva edición de Big Brother, este fin de semana acudieron a las instalaciones de
Televisa San Ángel más de 12 mil aspirantes a ocupar una de las 13 plazas disponibles en el polémico reality show.
Lo mismo jóvenes con autos último modelo y vestidos al último grito de la moda impuesto, que chavos arribando en Metro o microbús y con sus mejores ropas, llegaron con la misma expectativa: convencer al "hermano" de pertenecer a su casa de Santa Fe.
Algunos acompañados de sus amigos, padres y hermanos, o, incluso, cónyuges o hijos, los inscritos en el BB2, que tentativamente comenzará en marzo próximo, fueron arribando a la televisora desde las primeras horas del sábado y domingo pasados.
La espera, que en algunos casos fue de hasta seis horas, era bien recompensada por el "hermano". Tras leer y firmar un nuevo contrato de explotación de imagen a perpetuidad del material que esa tarde se le sacara, el aspirante, ingresado al foro 6 en grupos de 20 personas, poco a poco descubrió el rostro del reality.
De esta forma, luego de tomarse dos fotografías iniciales sosteniendo una hoja con sus datos personales, el inscrito pasaba a uno de los 15 cubículos disponibles para hablar con miembros del staff del programa sobre algunos aspectos de su vida.
De acuerdo con algunos de los participantes, entrevistados al salir de la televisora de Emilio Azcárraga, las preguntas que el "hermano" les había preparado eran enfocadas para conocer sus puntos de vista sobre amistad y lealtad.
Sin embargo, no todos estuvieron de acuerdo con pagar el precio de desnudarse ante el "ojo" de 60 cámaras y 40 micrófonos, y mucho menos hacer el amor o simplemente besarse con un extraño. "Yo creo que es una cuestión personal y de los valores que te haya inculcado tu familia. Estoy abierto a aceptar a cualquier persona", dijo Javier, un archivonomista, de 33 años.
13/01/03
Nota 6466