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¿Y el equipo?, México pierde 1-0 contra Suecia.
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A+ A- México ante Suecia, quiso pasear la pelota a ras de pasto con su eterno juego de pases cortos, técnica y posesión de la pelota, muchas veces intrascendente, pero ya personal. Pero para eso se necesita tiempo de entrenamiento y conjunción, algo de lo que carece.
Y Suecia los mató tras un error de
Juan Carlos Valenzuela y un acierto de Alexander Farnerud a los 57 minutos.
Los europeos, también con sus limitaciones, equilibraron y superaron al Tri con fuerza física y velocidad, con contundencia y decisión. Con lo más elemental.
En ese escenario, un error, sí, de México fue la diferencia en el partido para el gol de Farnerud.
El Tri en el primer tiempo procuró ocupar todo el largo y ancho de la cancha, abriéndola por las bandas con Israel Martínez y Alberto Medina. Lo consiguió durante unos minutos, justo cuando tuvieron su mejor chance de gol. Medina, tras el desvío de un rival, hizo que la pelota pegara en el poste izquierdo del arco de Alvbage.
Pero lo poco bien que se veía el cuadro de
Sven Goran Eriksson se perdió en la segunda mitad. Los cambios del equipo mexicano, que fueron más para observar y dar acción a jugadores que para resolver los problemas mostrados por el equipo, poca profundidad y vulnerabilidad defensiva, provocaron un efecto inverso en el funcionamiento, desde la banca el director técnico acentuó las dificultades.
Pese a ello México sólo fue vulnerable a través de un error.
Juan Carlos Valenzuela , que recién había entrado al campo, perdió un balón en un regate en la zona de seguridad y de ahí la pelota terminó en gol.
Al Tri, aún le alcanzó para perder más forma y textura. Suecia, un equipo elemental sin sus estrellas de las ligas poderosas de Europa, le hizo ver limitado y sin fuerza. Nunca pudieron encontrarse en el campo los hombres que debían llevar el peso del partido; Pável, Sinha (antes Ayala), Leandro. Por lo tanto sus hombres de ataque, primero Vuoso y después Ochoa, lucieron aislados y desesperados sin balones.
México no tuvo más el control de la pelota y tampoco del partido. Los propios Pável, Leandro y Sinha tuvieron esfuerzos aislados y trataron de mantener al equipo a flote, pero el poco entendimiento entre ellos impidió cualquier intento de asociación con sus compañeros. La descoordinación fue tanta que en un momento pareció falta de espíritu.
Al final de cuentas todo lució como una gran lección para Eriksson, la asociación en jugadores mexicanos lleva tiempo. Y de eso nunca ha contado con mucho al frente del Tri.
29/01/09
Nota 68759