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| • Queridos Santos Reyes…
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A+ A- • Queridos Santos Reyes…
Por:
César Augusto Vázquez Chagoya .
Por enésima vez, les escribo para haber si al fin me traen el tren que siempre les he pedido a pesar que me porto bien todo el año. Por una u otra razón, siempre aparecen en mi árbol juguetes que no tienen que ver nada con mi deseo. ¿De dónde sacan que quiero un par de pistolas con un sombrero feo de plástico?
Otra vez un caballo de madera para que me imagine que es uno de verdad; otra: unos indios de plástico como si yo fuera soldado exterminador gringo; y el colmo: un cajón de bolear para que ayude al gasto familiar. ¡Quiero jugar!
Creo que soy de los pocos niños que me acuesto el cinco de enero desde las 5 de la tarde y sueño que llegan a mi casa el caballo, elefante y un camello. Los oigo pasar por mi ventana pero no me atrevo a mirar con eso que el que los mire se quedará ciego y no le van a dejar juguetes, pero nunca me he explicado porqué azotan la puerta de la casa y hacen "Jo Jo Jo", como si fuera la risa de Santa Claus. Ya me hice bolas.
Mi carta la hago después de la navidad para que no se justifiquen que no la leyeron. La escribo con tinta fluorescente para que desde el cielo la vean. Ya los he visto cómo vienen acompañados de estrellas, esperando y soñando viendo el cielo para que al fin traigan el ansiado tren.
A pesar de que mis cabellos ya pintan canas, calvo, no tenga casi dientes, me duelan las hemorroides, no pueda leer sin lentes, me duela el juanete, me queje de la gastritis, me duelan los huesos, tenga migraña, tenga la panza pulquera, sea hipertenso, padezca de diabetes, sufrí dos infartos y no pueda dormir, no dejo de creer en ustedes. Tal vez sea el más fiel de sus seguidores. Soy de los que más se opone firmemente a que el gobernador
Fidel Herrera Beltrán los pinte de rojo como hizo con Santa Claus.
Este 2010 volví hacer mi carta a ver si ahora cumplen mis deseos. Ya tiene como 40 años que no me traen nada porque ustedes piensan que la niñez se termina a los 12… ¡Hasta creen! ¡Lo que pasa es que nos hacemos tonto en querer a jugar a los adultos, pero en el fondo somos niños que añoramos los juguetes que no hemos podido jugar!
Llegan los niños al hogar que hicimos porque a la mujer le gusta andar como la carabina: siempre cargada.
Mire lo que son las cosas: aunque nosotros nacimos primero, ahora les traen juguetes a los hijos y a estos sí les traen el tren que les he pedido y como baboso se me cae la baba por envidia. Cuando se duermen con medio frasco de Dramamine, juego con el tren, pero lo piso y le echo la culpa a los niños con su mamá.
No se vale. Ustedes que son santos y reyes deben traer juguetes a todos lo que creen en los monarcas de oriente tengan la edad que tengan. En verdad que tienen lana porque les sobra el petróleo.
Les pido que no tarden mucho en traerme el tren, porque al paso que vamos, aunque cumplan con mi deseo, ya no tendré dinero para pagar la electricidad para que eche humo y pite; no tenga papel y lápiz para escribirles, ni pueda comprar el arbolito de navidad y menos tener para mis medicinas.
Si no me encuentran, ¿me lo pueden llevar al panteón? Plis.
Si de plano deciden no traerme nada, de perdis mándenme una credencial de INSEN para pagar medio pasaje en los camiones urbanos, que ese fue el regalo de Santos Reyes en el estado de Veracruz. Cuatro pesitos son cuatro pesitos. Que se frieguen los que trabajan todos los días, los que producen; los que llevan el peso de las casas siendo padres y madres; los pobres de las colonias, padres con niños discapacitados que son el 10% de nuestra población, etc. Esos a pagar 7 pesos o lo que se les antoje a los transportistas. Total, como uno es niño, se vale ser tantito egoístas.
Adiós Santos Reyes . Váyanse con cuidado. No vaya a ser que los agarren los de Migración, los torturen, y pidan rescate a sus países en medio oriente.
P.D. Por favor, si a los demás comunicadores no les traen regalos, pueden recoger las planchas que le sobraron a la alcaldesa de Minatitlán que llevó a los periodistas en Coatzacoalcos en un festejo presidido por Javier Duarte. ¡Vaya regalos de mal gusto!
cesar@vazquezchagoya.com
07/01/10
Nota 77193
