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Víctor Castelán…….gracias a la vida
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A+ A- Por:
Gilberto Gómez Morfin .
Es domingo, 14 de febrero, siete de la mañana, sopla el viento frío, invernal, se levanta como de costumbre, tiene que trabajar, este día viaja a Xalapa, compromisos son compromisos, dice a su esposa Adriana quien le sugiere quedarse en casa, en familia, al fin y al cabo hay que celebrar, recién cumplidos sus 48 abriles.
Víctor Castelán Crivelli se ducha, se alista, toma un jugo, ya no hay tiempo para desayunar, su cita es a las doce en el Museo del Transporte de la capital, se despide con un beso, promete volver más tarde a casa, se le ve contento, de buen talante, optimista, contratiempos los hay todos los días pero cree, está seguro, confía -como dice Yuri, en que siempre vendrán tiempos mejores.
El sábado departió con amigos que lo abrazaron, lo felicitaron, lo consintieron, él simplemente se dejó querer, tiene estrella, carisma, le cae bien a la gente por su sencillez. Ese día evocaba, parafraseaba a Alberto Cortés y daba gracias a la vida que le ha dado tanto, le dio dos luceros que cuando los abre perfecto distingue el negro y el blanco y en el alto cielo su fondo estrellado y en las multitudes, Adriana, la mujer que ama, madre de sus hijos Adriana, Víctor y Carlos.
Fue un viaje relámpago, a las cinco de la tarde ya está de regreso, recibe llamada de su hermano Guarino quien lo convoca a una reunión para tratar asuntos de la empresa familiar, a las 19:00 horas lo cita, responsable como siempre, promete estar a tiempo.
Puntual a la cita llega a una de las cocheras donde guardan sus camiones. ¡¡¡¡¡¡Sooorrrrppprreeeeesssa!!!!!!!! Gritan al unísono familiares y amigos que llevaban varios días preparando la fiesta sorpresa y vaya que logran su objetivo, la cara de Víctor es de asombro, de emoción, no sabe si reír o llorar, lo abrazan, lo besan, estrechan su mano, los presentes se cuentan por cientos, por miles, sí, no es una exageración, por miles.
Pambazos, chileatole, pastel, refrescos para todos. Música de lujo, Los Terrícolas, Los Pasteles Verdes y un grupo Duranguense cuyo nombre escapa a mi terca memoria, toda su familia está presente y entonces una vez más reflexiona, por enésima ocasión da gracias a la vida que le ha dado tanto, le ha dado el sonido y el abecedario, con él las palabras, que piensa y declara, madre, padre, esposa, hijos, hermanos, amigos, miles de amigos, le ha dado la marcha de sus pies cansados, con ellos anduvo colonias, unidades y campos, se agolpan las lágrimas, se ahogan las palabras, no hay mucho que decir ante tales muestras de cariño. Abraza a su esposa, a su hermano, a sus hijos, a sus amigos y les dice: "Soy afortunado de compartir cada día mi vida con todos ustedes y cuando cumplo un año más, tomo conciencia de lo inmerecido de tanto afecto, gracias a la vida, gracias a ustedes, gracias a mi tierra, gracias Orizaba. Desde este breve espacio vaya nuestra más sincera felicitación a ese gran hombre de trabajo, a Víctor Castelán un sincero abrazo con motivo de su cumpleaños número 48. En Hora buena.
15/02/10
Nota 78128