|
Obispos de Veracruz Llaman a Mantener la Esperanza en Navidad.
|
A+ A- Juan Santos Carrera .
Por medio de un comunicado circulado en los medios de información, los Obispos de Veracruz encabezados por el
Arzobispo Hipólito Reyes Larios , hacen un llamado a la población veracruzana a pasar las fiestas de navidad y año nuevo en paz y armonía y al mismo tiempo, a no perder la esperanza.
1. A medio camino de este hermoso tiempo del Adviento, los Obispos de Veracruz queremos hacer llegar a todos los hogares un mensaje afectuoso con nuestra invitación a prepararnos espiritualmente para la Navidad ya próxima. La vivencia anual de cada Adviento hace que los cristianos nos ejercitemos en la virtud de la esperanza y fortalezcamos el dinamismo de nuestra vida interior y nuestro esfuerzo por hacer llegar a nosotros el Reino de Dios. Así lo pedimos cada día, al rezar el Padre Nuestro: "Venga a nosotros tu Reino".
2. El Pueblo de Israel, heredero de las antiguas promesas de Dios, esperaba al Mesías, el Ungido o Cristo, con cuya llegada cambiarían todas las cosas. Los patriarcas, profetas, reyes y sabios lo esperaron y esta espera fortalecía sus pasos y le daba sentido a sus afanes y proyectos. Deseaban llegar a ver al esperado de las naciones. Este anhelo tiene su eco en la fe de aquella mujer samaritana que dialoga con Jesús, junto al pozo de Jacob: "Cuando él venga, nos lo explicará todo" - le decía a Jesús, sin darse cuenta que ya lo tenía justo frente a ella. La convicción de la samaritana era la esperanza de muchos: la vida tendría un nuevo sentido, una nueva explicación y un nuevo rumbo. Del Mesías se esperaba que anunciaría con toda claridad el plan amoroso de Dios para con el hombre.
3. Al celebrar esta Navidad el Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, contemplaremos llenos de gratitud y admiración cómo el Padre celestial cumplió con creces y más allá de toda expectativa, las esperanzas de Israel. No nos envió un profeta como tantos otros que prepararon su venida, sino que nos envió a su propio Hijo, su Palabra eterna, que tomando nuestra naturaleza humana quiso nacer del seno virginal de María. "Porque tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Único, para que todo el que crea en él, no muera, sino que tenga vida eterna" (Jn. 3,16).
4. Sin embargo, sabemos que nuestra fe es con frecuencia puesta a prueba; y seguir esperando, como Abraham "contra toda esperanza", es para nosotros los cristianos un reto difícil, pero es también parte de nuestra identidad y de nuestra vocación a ser hombres y mujeres de esperanza.
5. La esperanza es un reto para las familias que aún siguen en situaciones de pobreza y marginación; para quienes pasan por problemas económicos, la migración o desintegración familiar; muy especialmente, los que han sufrido las dolorosas secuelas de la injusticia, la violencia, el crimen organizado o el narcotráfico. Pensamos también en los hermanos veracruzanos que recientemente perdieron algún familiar, sus hogares o sus fuentes de trabajo por los pasados huracanes e inundaciones que afectaron principalmente las diócesis de Veracruz,
San Andrés Tuxtla y Coatzacoalcos.
6. En medio de estas pruebas, la solidaridad y fraternidad de muchos hermanos de dentro y fuera de Veracruz se convirtió en un aliento y respiro, una presencia eficaz que les hizo saber que no estaban solos. Aún falta mucho por ayudar, pero ya renace la esperanza y la lucha para reconstruir las propias vidas y las comunidades, buscando soluciones más duraderas y justas, que respeten el medio ambiente tan dañado por nuestras negligencias y por las ambiciones insensatas de quienes se mueven solo por ganancias inmediatistas, pero que en definitiva, se revierten en contra de toda la humanidad.
7. En la vida política de nuestra entidad, estamos siendo testigos del relevo de las autoridades legislativas en el Congreso Local, de un nuevo Gobernador con nuevos colaboradores y, en un mes más, tomarán posesión de sus cargos los nuevos presidentes municipales y sus cabildos. Como en todo cambio, se generan en el pueblo nuevas expectativas por un futuro de más bienestar, de mayor equidad, de claridad y transparencia en el uso y distribución de los recursos, de un combate eficaz de la delincuencia y todo lo que dañe la salud de los niños, jóvenes y población en general. Los cristianos nos disponemos a darles un voto de confianza, esperando que se demuestre con los hechos, la creación de nuevas oportunidades para el empleo, para una vida digna y la paz social que todos necesitamos. La ciudadanía espera autoridades cercanas y gestoras de iniciativas que favorezcan el bien común, con leyes justas y respetuosas de todos los derechos humanos, en un clima de libertad y respeto para con todos. Oremos por nuestras autoridades y por toda la ciudadanía, para que juntos hagamos realidad estos anhelos.
8. En este Adviento les invitamos a vivir la virtud de la esperanza en todas sus dimensiones. La esperanza es el motor del hombre que lo impulsa a dar un sentido nuevo y transformar nuestro presente, desde el futuro anunciado por Dios, cuya promesa no defrauda. La esperanza es confianza en este Dios que quiso hacerse "Emmanuel" - Dios con nosotros. Siendo nuestro compañero de camino, sabemos que no iremos solos, sino acompañados por su misteriosa presencia que nos llena de fortaleza, energía y gozo en nuestra búsqueda del bien.
9. La esperanza es también tenacidad y perseverancia, es paciencia y constancia en el buen obrar, aún en las dificultades que día a día vamos enfrentando. A ella nos invita el salmista: "Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor." (Sal 27,14)
10. La esperanza cristiana nos impulsa a transformar nuestra realidad: por nuestras buenas obras podemos incluso anticipar la llegada del Reino. Así el Apóstol Pedro nos exhorta a llevar una vida santa y piadosa "esperando y apresurando la venida de Dios... De acuerdo con su promesa, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en la que habitará la justicia. Por tanto, queridos, esfuércense con esa esperanza para mostrarse en paz, sin mancha ni tacha." (2 Pedro 3, 12ss).
11. A cada hermano le invitamos: Acércate a la Palabra que es fuente de vida. Si flaquea tu esperanza, acude a esta Palabra divina, pues: "Todo lo que en el pasado ha sido escrito en los libros santos, se escribió para instrucción nuestra, a fin de que, por la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza." (Romanos 15, 4ss). "En efecto, lo que la Iglesia anuncia al mundo es el Logos de la esperanza (cf. 1 P 3,15); el hombre necesita la «gran esperanza» para poder vivir el propio presente, la gran esperanza que es «el Dios que tiene un rostro humano y que nos ha amado hasta el extremo (Jn 13,1)». (Papa Benedicto XVI, Verbum Domini 91).
12. Que al contemplar esta Navidad el rostro del Niño Jesús en los brazos maternales de María, experimentemos el gozo y la fortaleza de su presencia. Que el Divino Niño traiga a todos ustedes y a sus familias abundancia de alegría, paz y esperanza.
14/12/10
Nota 85261