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El sindico único de esta población fue cesado de su cargo.
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A+ A- Tehuipango, Ver.- "En esta población, la última de la sierra de Zongolica y considerada entre las más pobres del país, impera solo una ley, la de las armas. Si, aquí la gente se hace justicia por su propia mano y por eso cada semana se registran de 2 a 3 asesinatos ocasionados principalmente por el robo mutuo y por los excesos de los atavismos y supercherías, producto de la ignorancia.
En Tehuipango, lugar sobre piedras, la mayoría de los hombres portan armas de fuego (pistolas, rifles y escopetas) de las que todas las noches se escucha su temible detonar. "Ya mataron a fulano" se comunican en voz baja, pero el rumor corre con la misma velocidad de la luz y casi al momento ya todo el pueblo se enteró quien fue la víctima y quien el victimario.
Y es que en este lugar conformado por 32 comunidades, rancherías y congregaciones, con una población global de cerca de 19 mil habitantes, solo 10 policías se encargan de la vigilancia y seguridad, según informa el síndico único,
Fernando Calihua Calihua .
Y por eso se ha solicitado al secretario de Seguridad publica,
Alejandro Montano Guzmán , la instalación de un modulo de vigilancia y para que los elementos de esa corporación realicen operativos de desarme .
El robo de ganado y de animales domésticos es el "pan de cada día" en este violento lugar; y esto es uno de los principales motivos de los asesinatos, por que la gente no acostumbra a denunciar sino a hacerse justicia por su propia mano.
La ignorancia que prevalece en Tehuipango, como en todas las localidades rurales del país, es la causa de que aquí abunden los brujos y hechiceros. Cuando a la gente le va mal en su trabajo ó en el amor, responde de una sola manera, matando al brujo que lo hechizó "por que ya muerto no es de peligro".
Nadie se atreve a dejar sus bestias de carga amarradas fuera de sus casas. No, por el que lo hace al otro día ya no le encuentra, y su primera reacción es responsabilizar al enemigo más cercano que muchas veces sin saberlo ya está sentenciado a morir por la bala de una pistola ó el cartucho de una escopeta.
No hay dinero para comer, pero cuando se trata de comprar armas, casi todos tienen los recursos hasta los más jóvenes que desde niños aprenden a matar. Aquí, como en León Guanajuato, "la vida no vale nada" y si tiene algún costo, este no es superior al de un caballo, un borrego, un guajolote ó de una gallina.
El sindico Calihua Calihua comenta " durante tres ocasiones hemos enviado oficios al secretario de seguridad pública, pidiéndole la instalación de un retén de vigilancia que apoye en sus actividades a los únicos 10 policías con que cuenta la población". Hasta el momento no ha habido respuesta" agrega.
Todos los días las mujeres, los ancianos y los niños se encierran apenas se oculta el Sol por que andar por el pueblo ó en el cerro por las noches es un peligro mortal. Solo los hombres salen a tomar con sus amigos, pero siempre pistola en cinto ó por lo menos con un machete por que el enemigo siempre esta cerca.
No hay mas ley que la de las armas en este poblado que colinda con las comunidades de Tepexixutla y Alcomunga pertenecientes al estado de Puebla, de donde la gente asegura provienen los ladrones que les roban sus animales y por eso hay que matarlos.
04/04/03
Nota 8531